“Siento indignación, me siento impotente, me siento frustrada, yo hubiera querido estar allí como madre”, dijo el lunes Rosibel Arriaza, madre de Victoria Salazar, una salvadoreña que murió el domingo tras ser sometida por policías en México.
No merecía esa muerte (...) Las autoridades están para proteger a los seres humanos, con todas sus técnicas que tienen para tratar de someter a alguien. Pero eso fue un abuso de autoridad, así es que yo pido justicia”, aseguró tras gestionar en la cancillería salvadoreña la repatriación de su hija.
Victoria fue detenida el sábado tras un altercado con el encargado de un comercio de víveres en el balneario de Tulum (este), en Quintana Roo.
Tras ser intervenida por cuatro policías, estos aplicaron al momento de someterla una “fuerza desproporcionada y con alto riesgo para vida de la víctima”, dijo el fiscal Oscar Montes de Oca. Le ocasionaron una fractura en la parte superior de la columna vertebral, causándole la muerte, detalló. Todos los agentes están detenidos.
El propio presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha calificado el hecho como un “brutal asesinato”, mientras su colega de El Salvador, Nayib Bukele, ha pedido sanción para los responsables.
“Pido justicia para mi hija, porque no veo yo una causa justificada (de su detención). Pienso que los seres humanos tenemos derecho a la vida, independientemente de lo que haya sucedido en ese momento”, explicó.
El caso de mi hija lo están comparando con el caso de (George) Floyd en Estados Unidos”, aseguró la madre de Victoria, en alusión al asesinato de un afroamericano que fue sometido hasta la muerte por policías de su país, un hecho que causó conmoción mundial.
Victoria, que vivía en México hace cinco años, según reporta la prensa salvadoreña, deja en la orfandad a dos hijas de 15 y 16 años, que esperan ser repatriadas.
“Aunque sé que mi hija ya no volverá a la vida, eso yo lo sé, pero en el área moral y emocional, yo estaría más que satisfecha que esos señores [policías] pagaran”, agregó.