El presidente francés, Emmanuel Macron, abogó este miércoles por la entrada en vigor de su impopular reforma de las pensiones “para finales de año”, en pleno endurecimiento de las protestas contra este proyecto.
“Esta reforma es necesaria. No me hace feliz. Hubiera preferido no hacerla”, aseguró el mandatario liberal en una entrevista con las cadenas TF1 y France 2, asumiendo la “impopularidad” de la medida.
La reforma se encuentra actualmente en el Consejo Constitucional, que debe resolver los recursos presentados por la oposición y las preguntas del gobierno, antes de su eventual entrada en vigor, que Macron quiere “para finales de año”.
El jefe de Estado reiteró que el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años, en lugar de 42, para cobrar una pensión completa busca evitar un “déficit” en la caja de las pensiones.
Desde el jueves, cuando decidió adoptarla por decreto, las protestas se endurecieron cada noche en varias ciudades de Francia, con manifestantes, en su mayoría jóvenes, quemando contenedores de basura en su pulso con las fuerzas de seguridad.
El mandatario, para quien su único error fue “no conseguir convencer” sobre la necesidad de la reforma, cargó contra estos manifestantes, que calificó de “sediciosos”, y los comparó con quienes intentaron asaltar las instituciones en Estados Unidos en 2021 y en Brasil en 2023.
“No toleraremos ningún desbordamiento”, agregó, cuando la oposición de izquierda, sindicatos de abogados, magistrados, oenegés como la Liga de Derechos Humanos o Amnistía Internacional, e incluso la defensora del pueblo alertan de la actuación policial.
Sus declaraciones llegan la víspera de una nueva jornada de huelga y manifestación convocada por los sindicatos que el 7 de marzo sacaron a las calles entre 1.28 y 3.5 millones de personas, en las protestas contra una reforma social más importantes en tres décadas. MAAZ
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