La deuda del país ha crecido 3.5 billones de pesos durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, es decir, pasó de 10.6 billones a 14.1 billones de pesos, lo que significa que la ha aumentado en 33 por ciento.
Sin embargo, el mandatario defiende que respecto al Producto Interno Bruto (PIB) la dejará dos puntos porcentuales por debajo de lo que la dejó el expresidente Enrique Peña Nieto, e incluso sería inferior al resultado de Felipe Calderón Hinojosa.
“Nosotros vamos a quedar abajo del porcentaje de endeudamiento de Peña y Calderón, ellos aumentaron la deuda, considerando el PIB, en siete puntos en promedio, nosotros vamos a quedarnos como en cuatro”, aseguró.
El tema salió a colación por el nivel de deuda que el Gobierno está solicitando para el siguiente ejercicio fiscal, que sería un monto histórico de más de dos billones de pesos, además de enfrentarse las finanzas públicas al mayor déficit de su historia en términos nominales.
“Es para obras, porque antes ni siquiera se cumplía con el propósito de que la deuda pública sólo puede contraerse para una obra determinada y eso se perdió con el tiempo, se solicitaba la deuda y no se sabía en qué se invertía el recurso. Ahora ya no es de esa manera”, justificó el líder del Ejecutivo.
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Además, señaló que las inversiones se traducen en bienes que le están quedando a la nación. Aunque es un hecho que las obras se están realizando, el mandatario insistió que no hay deuda, pero las propias cifras que mostró durante su conferencia revelan un crecimiento importante en su emisión.
Para este año, la gestión lopezobradorista pidió un endeudamiento de un billón 170 mil millones de pesos, superando a todos los registros en la historia, pero para 2024, en el Proyecto de Presupuesto entregado al Congreso de la Unión, se están solicitando poco más de dos billones de pesos y un déficit fiscal de casi 1.8 billones de pesos, lo que contradice parte del discurso presidencial.
El mandatario se ha valido de decir que no existe deuda, ya que no ha sobrepasado los techos autorizados para pedir prestado, ya sea mediante un empréstito de algún organismo global como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, o el de Desarrollo Interamericano, pero también esos recursos pueden obtenerse de la emisión de papel gubernamental como cetes o bonos, además de colocación de financiamiento mediante emisión de valores, como se hizo para la compra de las 13 plantas de la española Iberdrola.
El Presidente señala que no debe dejar ninguna obra pendiente en esta administración, y aún le falta dinero para cubrir el Tren Maya, faltantes de la refinería Dos Bocas, recursos para el Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, lo que obliga a presentar el mayor déficit fiscal para el ejercicio presupuestario de 2024.
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