No habrá paz para los que luchan contra la corrupción en Guatemala

27 de Noviembre de 2024

No habrá paz para los que luchan contra la corrupción en Guatemala

Jimmy Morales, presidente de esa nación, afirmó que el CICIG, un grupo que ha perseguido con éxito a funcionarios corruptos, es una amenaza

Para el presidente Jimmy Morales, la presencia de Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) es una cuestión de seguridad que amenaza la paz de la nación.

Durante su intervención del martes en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Morales subió su tono en contra del órgano anticorrupción.

“La CICIG ha llegado a ser una amenaza para la paz en Guatemala, ha montado un sistema de terror, un sistema donde el que piensa diferente lo persiguen, lo investigan”, señaló el presidente de ese país en su intervención ante la Asamblea de las Naciones Unidas.

Los ataques contra ese organismo se remontan a inicios del mes, cuando el mandatario prohibió a Iván Velásquez, jefe de la comisión, su reingreso a la nación centroamericana.

El trabajo del fiscal colombiano, que ya había logrado mandar a prisión durante tres meses a José Manuel y Sammy Morales, hijo y hermano del presidente, ya había puesto en la mira su cabeza.

La aversión de Morales hacia el juez lo llevó a llamarlo “extranjero y comunista”.

El grupo encabezado por Velásquez también había empezado a apuntar al presidente, al que acusaron de financiar de forma irregular la campaña que lo llevó al encabezar Guatemala en 2016.

Su reacción fue declarar persona non grata a Velásquez y prohibir su entrada al país, con lo que sumió a la nación en una profunda crisis.

Creada en 2006, la CICIG fue una novedosa propuesta de Naciones Unidas que se puso en marcha cuando Guatemala, con unos 18 millones de habitantes, pidió ayuda ante la posibilidad de convertirse en un Estado fallido por los niveles de corrupción.

La respuesta de la organización fue crear una ‘superfiscalía’ dotada de investigadores de primer nivel, financiada mediante la cooperación internacional y blindada contra las tentaciones del soborno.

Doce años después, el resultado ha sido impensable en un continente necesitado de buenas noticias. Una generación de jóvenes ha crecido creyendo en el sistema de justicia al ver como el anterior presidente, Otto Pérez Molina, y su vicepresidenta, Rosana Baldetti, entraban en la cárcel por corrupción. Otro expresidente.

Además, el exmandatario Álvaro Colom, está en arresto domiciliario y decenas de militares, empresarios, alcaldes o magistrados de la Suprema Corte han sido investigados por financiación ilegal o vínculos con el crimen organizado.

Por ello, la presencia de una organización que ha logrado desarticular a más de 60 grupos criminales es fundamental para Guatemala, destacó Manfredo Marroquín, director de Transparencia Internacional.

“No estamos preparados para vivir sin la CICIG. Guatemala es un estado muy débil en medio de un huracán (…) Toda la miscelánea delictiva pasa por aquí frente a un Estado débil acosado por mafias muy poderosas”, apuntó.

“Su éxito ha sido su condena”, aseveró.

Por ello, Morales volvió a la carga contra el CICIG el pasado martes, concentrando su discurso en lo peligrosa que es la labor de la comisión en su país y no en el problema migratorio que enfrenta Guatemala, la nación centroamericana que más migrantes expulsa.

Para bajar la tensión, Morales se reunió con Antonio Guterres, secretario general de la ONU, con el fin de encontrar una solución definitiva a las controversias.

“Con este encuentro se retomó la comunicación de alto nivel entre el Estado de Guatemala y este organismo internacional, ente que manifestó toda la anuencia para resolver lo más pronto posible las diferencias en torno a la CICIG”, informó el Gobierno del país. (Con información de El País, AFP y Prensa Libre). DC