La embestida que inició esta semana el senador demócrata Bob Menendez en contra de la estrategia de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue dando de qué hablar; este jueves afirmó que “no dejaría ir a su hijo a México”.
Menendez ha concentrado sus cuestionamientos a México principalmente en materia de seguridad: primera al recalcar que la política de “abrazos, no balazos” no está funcionando; luego advirtió que “México va en el camino incorrecto”; y por último pidió denegar visas a las funcionarios mexicanos que no combatan a los cárteles de la droga.
Ahora, en entrevista para la cadena NBC, Bob Menendez recordó que uno de sus amigos le preguntó si dejaría ir a su hijo a la temporada de springbreak en México: “Dije que no”.
Actual presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, Menendez recalcó que las comunidades ubicadas cerca de la frontera entre México y EU no son controladas por las autoridades, sino por los cárteles de la droga.
Ya la semana pasada el senador demócrata habló sobre el tema de la responsabilidad del gobierno de México para con sus ciudadanos, aunque advirtió que también es responsable de la integridad de los millones de turistas que cada año visitan el país.
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Lo anterior en el marco del secuestro de los cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, de los cuales dos perdieron la vida mientras se encontraban privados de su libertad.
Bob Menendez también se lanzó contra las recientes declaraciones del presidente López Obrador, quien afirmó que en México no se produce fentanilo: “O se trata de engañar así mismo o trata de engañar al pueblo mexicano”.
El senador enfatizó que el combate al fentanilo es una prioridad para el gobierno de EU, pues repercute en varios ámbitos, principalmente en el tema de la salud, seguridad y economía.
“Cuando asumió el cargo, el presidente López Obrador dijo: ya no vamos a usar más balas para lidiar con los cárteles. Les vamos a mandar besos. Eso no ha funcionado demasiado bien”, recalcó Bob Menendez.
En este contexto, el FBI indicó sobre el secuestro de una ciudadana México-norteamericana en Colima, el cual ocurrió el 9 de febrero, pero que se suma al secuestro de los cuatro estadounidenses en Tamaulipas y a la desaparición de tres mujeres de Nuevo León, provenientes de Texas.
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