En una casa de una cadena reconocida de islas llamada Outer Banks, en Carolina del Norte, un pequeño de 7 años quedó atrapado entre la puerta y el interior un elevador doméstico haciendo que su cuello quedara totalmente aplastado.
La tragedia se presentó cuando la familia del niño visitaba el lugar, no llevaba ni dos días de estancia.
Los encargados de investigar el caso trabajan para comprender qué sucedió, sin embargo, no es el primer accidente que ocurre con este tipo de elevadores debido a que en otras casas residenciales otros niños murieron de la misma manera.
El patrón de muertes comienza cuando se da a conocer la falla principal de estos, y es que aunque las empresas de elevadores tengan cientos de demandas por muerte a causa de estas máquinas, se deslindan de cualquier problema diciendo que respetaron las regulaciones y códigos de instalación, además, afirman que advirtieron a los usuarios la existencia de un gran espacio peligroso en los elevadores.
El abogado que representa a familias en casos de muerte por elevadores domésticos, Save Krugler, dijo que estas muertes ocurrirán mientras no se haga algo al respecto con las compañías, por otro lado, todo aquel que venda este tipo de elevadores podría enfrentarse a graves problemas.
Y es que años atrás, la misma industria dio a conocer que el espacio peligroso que existe en estas máquinas podían ser rellenados con plástico o goma espuma, pero los inversionistas en ese entonces se rehusaron a la idea. VN
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