Más de 300 personas se dieron cita en el Salón Pentatlón, en la Ciudad de México, para disfrutar del concierto de cinco bandas, dos españolas y tres mexicanas, con algo más que la música en común: las ideologías ligadas al neofacismo y neonazismo lideraron la noche.
Una investigación del diario El País reveló la existencia de – quizá – la concentración más grande en México de la extrema derecha que no se cansó de lanzar consignas de odio y realizar una constante apología del nazismo.
La cita fue un salón de eventos en la colonia Santa María la Ribera, conocido por muchos como lugar que vio transitar por sus calles a personalidades mexicanas de la talla de Doctor Atl, Amado Nervo, Mariano Azuela y María Enriqueta Camarillo.
Esa misma colonia fue la elegida para la fiesta del pasado 29 de octubre y que recibió a miembros de todo el país que se dieron cita a “El Imperio Contraataca”, nombre elegido para el evento.
De acuerdo a la investigación del diario español, la ubicación estuvo resguardada por temas de seguridad hasta un día antes de la fecha del evento y para ingresar hizo falta una identificación oficial y verificar la identidad de los asistentes mediante un código QR.
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Ya en el interior, con una amplia mayoría de hombres, los asistentes eran custodiados por personal que vestían camisetas rojas con la palabra “seguridad” estampada en la espalda; su labor era identificar a quienes lograron colarse sin profesar una ideología neofacista o neonazi.
Las cabezas rapadas y los tatuajes de esvásticas acompañaron a los gritos de “Sieg Heil” y al saludo nazi que los miembros de las cinco bandas repitieron en múltiples ocasiones. Todo esto mientras entonaban canciones en contra del comunismo y que alababan los tiempos de la guerra.
“Los nuevos tiempos son una mierda, ¿dónde ha quedado la vieja escuela que no dudaba en pelear?” y “Putos maricones que ensucian mi ciudad” fueron solo algunas de las letras que se cantaron esa noche, según recoge la investigación de El País.
Todo esto a pesar de que en México, según información del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, no se tiene constancia de colectivos neonazis y de una ley que establece multas de hasta tres años de prisión a quien difunda ideas sustentadas en el odio racial o supremacistas.
Por ello la organización del evento se hizo con suma discreción.
La empresa Desperados División contactó personalmente a los que pagaron mil 580 pesos por sus boletos en la página de internet de la Editorial Heidelberg, para registrarlos en la lista de asistentes y enviarles un día antes la ubicación y su código QR.
La fecha ya la sabía, el 29 de octubre, el mismo día que las fuerzas comandadas por Benito Mussolini culminaron la Marcha Sobre Roma en 1922, y el mismo día que José Antonio Primo de Rivera fundó la Falange Española, que mantuvo la ideología de la dictadura de Francisco Franco. EJ
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