Luego de la toma de elementos de la Secretaría de Marina de tres tramos ferroviarios de Ferrosur S.A. de C.V., pertenecientes a Grupo México, y tras solicitar una indemnización de nueve mil 500 millones de pesos, el presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que las negociaciones sean en el tema económico.
El mandatario negó que se trate de una expropiación, sino de devolver las concesiones que le corresponden a la nación para la operación del Corredor Interoceánico, por lo que se negocia el pago de una cuota por derecho de paso.
Es decir, la propuesta es que los trenes que operarán las Fuerzas Armadas, encargadas del proyecto paguen una cuota a Ferrosur por llegar a Veracruz y ésta pague al gobierno federal su derecho de paso en los tres tramos que antes eran de Grupo México.
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“Se está avanzando, van bien las cosas. Lo que se busca es rescatar el tramo de concesión, son 120 kilómetros aproximadamente para tener todo el circuito Tren Maya y los trenes de Guatemala a Ixtepec, de Salina Cruz a Coatzacoalcos”, detalló el mandatario.
Aunque desde la noche del martes se hablaba de un acuerdo en el que el gobierno había aceptado pagar los siete mil millones de pesos al empresario Germán Larrea por la recuperación de los tramos ferroviarios, López Obrador descartó el acuerdo monetario.
Como parte del acuerdo, aceptó que su gobierno estaría dispuesto a ampliar las concesiones a Grupo México que estén a punto de terminar, a cambio de que acepte la reestructura de la concesión ferroviaria.
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