Negar brotes, no los va solucionar: médicos al IMSS
Los médicos más jóvenes del Hospital 72 del IMSS confrontan a las autoridades por el abandono
Perciben 12 mil pesos mensuales y por ser médicos practicantes, no tienen horarios de comida ni descanso, tampoco equipo. Ellos fueron los primeros que cayeron enfermos de Covid-19 en el Hospital General Regional 72 del IMSS. Por ahora suman 29.
Estaban desprotegidos, sin los insumos más básicos para cumplir con su labor, mucho menos el material necesarios para evitar contagiarse. Al contrario, tienen que poner de su bolsillo para cubrebocas, googles y mascarilla para seguir trabajando en muchos casos, incluso estando enfermos como “casos sospechosos” sin diagnóstico.
Así de grave es la situación en la que se encuentran los médicos residentes e internos de los servicios públicos de salud y que esta semana decidieron la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) retirarlos de los nosocomios asignados. De los 29 enfermos del Hospital 72, 18 están plenamente confirmados, el resto tiene síntomas similares.
Los que alzaron la voz, y narraron la situación que hasta ahora padecen, en vísperas de la Fase 3 de contagio del nuevo coronavirus en el país, fueron los médicos residentes e internos de pregrado del Hospital 72, quienes a través de un carta detallaron cómo se originó el brote interno en ese centro, el cual se ha ido agravando con el avance de los días, ante las omisiones y desinterés por parte de las autoridades.
“Solicitamos respeto a la condición de pacientes que ahora enfrentamos, así como que se nos otorgue una disculpa pública de parte del Director General de esta gran Institución, ya que negar la presencia de brotes en los hospitales no conducirá a gestionarlos, además de otorgar los insumos suficientes para el diagnóstico, valoración y tratamiento de los pacientes no sólo con COVID-19, sino para el resto que se encuentra internado en el hospital por otras patologías y que actualmente también se encuentra en una situación de extrema importancia por esta misma falta de insumos generales”, advirtieron los residentes e internos del HGR-72 en una carta el pasado 8 de abril.
Hasta ahora no han tenido respuesta del director del IMSS, Zoé Robledo.
Justo el mismo día en que el director general del IMSS, Zoé Robledo negó, durante la conferencia matutina, en Palacio Nacional, que dentro de ese nosocomio ubicado en Tlalnepantla, estado de México hubiera un brote interno como sí ocurrió, dijo, en Monclova; “hay 20 doctores confirmados, pero no porque se haya iniciado ese brote en el hospital, porque decirlo o incluso siquiera quererlo dejarlo ver, es de una enorme irresponsabilidad”, sostuvo el funcionario.
La realidad es que hasta la última actualización que ejecentral verificó, ya sumaban al menos 91 las personas del personal médico en el Hospital General Regional No. 72 como casos confirmados o sospechosos de diagnóstico de COVID-19, donde el 38% del total de médicos, enfermeros, técnicos, camilleros y directivos contagiados o probables enfermos de coronavirus son médicos residentes e internos.
Sin embargo, aunque los casos con los síntomas de posible COVID-19 fueron reportados oportunamente por el propio personal, “se nos negó solicitarles prueba confirmatoria, debido a que nuestro diagnóstico era insuficiente por ser médicos en formación y ser aparentemente incapaces de distinguir entre otros diagnósticos diferenciales”, subrayan los residentes en la carta dirigida al Secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela, así como al subsecretario, Hugo López-Gatell Ramírez.
La ausencia de un diagnóstico oportuno, acusaron los médico, propició que a los pocos días, los doctores residentes e internos empezaran con cuadros respiratorios similares a los pacientes que seguían atendiendo, debido a las “áreas de hacinamiento insuficientes para la cantidad de residentes que actualmente maneja la sede junto con los médicos internos de pregrado y rotantes.
Pero su voz no fue escuchada. Pese a pedir apoyo a las autoridades más cercanas, los cuales son nuestros coordinadores y jefes de servicio, estos fueron omisos, “ya que solo se nos sugirió acudir a nuestras Unidades de Medicina Familiar para valoración de solo aquellos que ‘realmente’ se sintieran muy mal”, lamentaron.
Desde el 6 de abril y hasta el 30 del mismo mes, la UNAM decidió separar a sus internos de las sedes clínicas del país, ante la carencia en los hospitales de las medidas y equipos necesarios para proteger a sus alumnos, quienes tampoco estaban contando con la capacitación para atender la emergencia de Covid-19.
Lo propio hizo el Instituto Politécnico Nacional (IPN), al informar sobre el retiro de sus estudiantes de Medicina del internado rotatorio de pregrado, así como a los de Enfermería que realizaban su servicio en el sector salud.
Debido a la presión que ejercimos por la sintomatología, que más del 75% de los médicos presentaba, el día 30 de marzo servicio de Epidemiología del turno matutino finalmente accedió a tomar muestras de exudado faríngeo y nasal de los que aún se encontraban trabajando en la unidad, sin embargo, se nos indicó tomarnos las muestras sin ningún equipo de protección, (ni siquiera guantes), y entre nosotros mismos. ‘Al fin y al cabo ya estábamos contagiados’ y “estaban gastando recursos valiosos en nosotros”, señalaron los médicos residentes e internos en el caso del HGR-72.
El jueves, este periódico semanal, relató en voz de los directamente afectados, personal de enfermería y médico de al menos tres hospitales de los servicios de seguridad social, incluyendo el HGR-72, las carencias y desabasto de material y equipo de protección para la debida atención de pacientes o personas con síntoma de Covid-19. En las narraciones recogidas en “Héroes abandonados” se advierten las inclemencias por las que están atravesando los encargados de hacer frente al avance de la epidemia.
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