La idea de que las empresas relocalicen sus cadenas de producción desde Asia hasta México traerá grandes beneficios; sin embargo, las autoridades mexicanas no hablan de los impactos negativos que son parte de este paquete.
Un documento del Banco de México revela que el nearshoring está ejerciendo presión sobre los precios del sector inmobiliario. “El fenómeno de la relocalización de las cadenas productivas podría incrementar las presiones existentes en el mercado inmobiliario”, advierte el Banco.
Lo anterior podría ser un factor importante en las presiones inflacionarias futuras, las que aún no se han controlado y no han alcanzado el nivel objetivo de 3.0 % que tiene en su haber la institución monetaria del país.
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El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador espera que el nearshoring, o relocalización, apalanque el crecimiento económico en este año y en los subsecuentes, aunque ha omitido informar sobre los efectos colaterales que traerá este fenómeno económico que se detonó tras la crisis sanitaria que deterioró a las cadenas de suministro y que afectó tanto a la oferta disponible como a los precios de las mercancías y que se reflejó en la mayor inflación para México en las últimas dos décadas.
La administración de la Cuarta Transformación espera que el nearshoring sea fundamental en un crecimiento estimado del Producto Interno Bruto (PIB) de 3.0 % para este año, a pesar de que los organismos internacionales como el Fondo Monetario o el Banco Mundial estiman que México crecería un 1.8 %, lo que sería un duro golpe a nuestro país por una desaceleración abrupta tras el crecimiento de 3.1 % de 2022.
De acuerdo con el informe de Banxico, no sólo los precios de los inmuebles serán factores que incidan en la inflación, también ésta es alimentada por la inseguridad. “La inseguridad sigue incidiendo en los altos costos de distribución”, señalaron las autoridades del banco central mexicano.
Dato. La administración de la 4T espera que el nearshoring fortalezca el PIB a 3.0 %
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