Después de una serie cardiaca, Miami consagró su boleto a la última fase de la National Basketball Association. Ahora, el equipo de Spoelstra se encamina a su séptima final en la historia, buscando ganar un cuarto anillo que ayude a llenar las vitrinas de sus instalaciones, pero antes, tendrán que derrotar al payaso más temido de toda Serbia.
Una historia de fantasía parecía acabarse. Boston aspiraba a ser la primera franquicia en la historia de la liga en remontar un 3-0, Tatum y compañía dominaron los juegos 4 y 5, en el sexto, Derrick White logró colocar una bandeja sobre la bocina, esto no sólo le ayudó a los Celtics a seguir en la lucha, sino que les otorgaba una ventaja anímica y local. Lamentablemente, tendremos que esperar poco más para ver a un equipo realizar la hazaña de remontar una ventaja tan grande, los siete veces campeones de la NBA desaparecieron en el último cuarto del partido más importante de su temporada, el equipo de florida ganó el juego decisivo la tarde de este lunes en el TD Garden.
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Este domingo, el cuento de hadas se seguirá escribiendo en Colorado: los dos protagonistas intentarán escribir un final feliz en el segundo juego de las finales. El reto del octavo lugar de la conferencia este parece cada vez mayor. Denver ha vencido sin dificultades a todos sus oponentes, y por si fuera poco, tienen frescas las muñecas ya que llevan mucho tiempo esperando por el rival.
Si algo hemos aprendido de la dinastía que ha construido Spoelstra en Miami, es que sus equipos son demoledores. El Heat ataca por medio de pases, busca el tiro fácil y piensa en equipo, puede que no haya demasiado espectáculo, pero hacen lo necesario para ganar partidos, que al final te ayuda a conquistar campeonatos.
El problema es que cualquier máquina puede ser destruida con un hombre, y Nikola Jokic es uno que rompe todo a su paso. El serbio llegó a revolucionar el deporte de la forma más ortodoxa posible; seguramente hay una fórmula secreta para detener al gigante colorado, pero esa es una respuesta que aún no han encontrado el mundo entero.
Con el trofeo dando un vistazo, aún no hay un favorito, pero lo que se puede garantizar es que estas finales serán una de las más disputadas y emocionantes de la década.
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