En los días posteriores a la celebración de Navidad, trascendió que en el Senado de la República se realizaron distribuciones de bustos que exhibían la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador. Según fuentes, los beneficiarios de estas esculturas fueron miembros de la bancada de Morena en el Senado, así como algunos funcionarios federales, quienes recibieron estas obras del escultor Pedro Ramírez Ponzanelli.
Contrario a lo usual, se reveló que la adquisición de estos bustos no contó con un presupuesto asignado por el Senado; en su lugar, se llevó a cabo como compras individuales por parte de los integrantes de Morena que así lo deseaban. El coordinador del grupo parlamentario de Morena, Eduardo Ramírez Aguilar, explicó que la oferta para la compra provino directamente del escultor, quien propuso un precio por cada pieza.
Detalles adicionales indican que cada funcionario pagó seis mil pesos por el busto adquirido. La información salió a la luz desde el 6 de diciembre, cuando se difundió una imagen que mostraba a Ramírez Aguilar y a la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, posando junto a uno de los bustos, debidamente emplayado.
La peculiaridad de esta distribución ha generado controversia, especialmente por la ausencia de un presupuesto institucional para la adquisición de estos bustos y el enfoque individual de la transacción. La oferta directa del escultor y el precio establecido han suscitado debates sobre la pertinencia de este tipo de compras en el ámbito político.
La noticia sigue generando reacciones y plantea interrogantes sobre la ética y la transparencia en el uso de los recursos, así como sobre la relación entre el arte y la política en el contexto institucional.
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