Hay historias fascinantes dignas de ser contadas, por eso dedico estas líneas a un colectivo de mujeres valientes, entronas, trabajadoras, incansables, hábiles, imparables y perfectamente capaces para enfrentarse y dominar a cualquier bestia me refiero a las traileras.
Las Reinas de la 57 es un documental gráfico muy revelador. Miguel Pérez, autor, fotoperiodista e Iraís Moya, productora, me contaron cómo surgió este libro de portada rosa mexicano que con extraordinarias imágenes narra las historias de ocho operadoras, como se llaman a sí mismas, con vidas singulares.
Durante largos recorridos, silencios, frías madrugadas, conversaciones, confesiones, carcajadas, algunas lágrimas y música a todo volumen, el lente y la sensibilidad de Miguel fue documentando el día a día de mujeres capaces de echar a andar toneladas de carga sobre 18 y 34 ruedas.
Maya, “camionera de hielo”, cuenta que sus testimonios “nos ayudan a comprender la verdadera esencia femenina, en donde se evidencian estereotipos, prejuicios e ideas con los que lidian constantemente las mujeres”.
Nahualilla: “Cuando mis hijos o mi madre presumen que soy trailera se siente orgullo. Hago mi trabajo igual que un compañero, la diferencia que encuentro entre hombres y mujeres es la fuerza. En lo único que nos ganan es en músculo y de ahí se toman para hacerse los machitos. A veces nos tienen mala fe y es difícil lidiar con eso”.
La Pequeña Yaqui: “El día de mi graduación empezó el sueño de mi vida, llegué a la universidad en mi tráiler nuevo. Una va y viene, se viven momentos agradables, aunque también padecemos. El machismo no nada más se da en los operadores, también los vigilantes, despachadores. ¡Parece que se unen!”.
Corajuda: “Al final escogí el camión. Ahí se vibraba. Haber tenido la oportunidad de elegir me dio absoluta libertad. Hay situaciones difíciles. Nos persiguen los malos tratos, las diferencias, la paga distinta. Pedimos ser vistas, valoradas, y respetadas, sería muy satisfactorio. Somos madres, proveedoras, hijas esposas y amigas. Mujeres cumplidoras”.
La Pipera: “Esto se mete en la sangre, se vuelve una pasión. Me siento contenta de haber llegado hasta donde he querido. Soy la primera operadora en materiales y residuos peligrosos con exceso de dimensiones. Soy una mujer de retos. Me gusta llevarme al límite, saber de lo que puedo ser capaz”.
La Texana: “Sé que soy fuerte y capaz, aunque el mundo quiera que piense lo contrario. Los mismos compañeros nos enseñan, aprendemos de sus errores, de lo que no se debe hacer. Los compañeros prefieren pasar más tiempo en las cachimbas y luego tienen que ir rompe-maíz tratando de recuperar el tiempo y cumplir”.
La Lobita: “Lo más angustiante es la inseguridad, los asaltos, las ganas de parar y no poder por miedo; los hombres paran en el lugar que quieren, una no, una mejor sigue hasta llegar. He sido repudiada porque no estoy en casa cuidando a mis hijos y pues, con distancia y sin distancia siempre los he cuidado. ¿Entonces el repudio es por trabajar?”.
Luz de Luna Clara: “Fue la carencia la que me trajo al transporte. Lo que lo complica es no tener la seguridad ni la infraestructura para mujeres operadoras, es lo que cansa y desespera. El rechazo constante en ocasiones se vuelve insoportable. Ver una mujer que trae un tráiler me da alegría, porque sé que otra mujer logró salir adelante sola”.
La Muñeca: “Tenía diez años cuando surgió la cosquillita de ser trailera. Trabajo por gusto y por necesidad, enfoco mis sentidos al volante, organizo mis tiempos, me detengo cuando es necesario y no por placer. El trato y la paga son distintos. Los compañeros prefieren trabajar con prisa, poniendo en riesgo su vida, la vida de los demás. Los patrones les pagan más, tienen lugares de descanso propios y seguros”.
Miguel, psicólogo de profesión y trailero de corazón, “es el primer hombre que las volteó a ver”, me dice Iraís quien habla del apoyo que requieren todas las traileras del país por los peligros a los que se enfrentan además del machismo feroz del gremio. “Algo se tiene que hacer para ayudarlas”.
Como Las Reinas de la 57, creo que todas las mujeres tenemos algo de operadoras, hemos conquistado espacios que han pertenecido a los hombres. Llevamos la carga. Nada nos hunde, seguimos adelante. Traileras somos, en el camino andamos.
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