Decir que México va en picada para convertirse en una tragedia similar a lo que ahora es Venezuela con el chavismo y el régimen de Nicolás Maduro no es un cliché. Lo que instaló a Hugo Chávez en el poder fue el ausentismo. Los venezolanos estaban muy entretenidos disfrutando de la vida y no supieron leer la tormenta que se avecinaba. No votaron en elecciones clave y años después millones de personas lo siguen pagando muy caro. Tenemos que aprender.
Hablé con María Alejandra Aristeguieta ex embajadora de Venezuela ante la ONU/Ginebra con el gobierno del líder opositor Juan Guaidó y quien es directora de Visión 360 un think tank sobre diplomacia y temas multilaterales. Recordó el triunfo de Vladimir Putin en Rusia que según el índice de The Economist y Freedom House sobre el declive de las democracias, “es un modelo bien probado que se ha repetido en varios países y que consiste en llegar al poder de manera legítima mediante el proceso electoral y luego se afianza rompiendo las instituciones’’. Recuerda que Putin ganó la presidencia en el 2000 con el 52.94 % de los votos. Sobre este modelo recomienda la lectura del libro Putin’s People de Catherine Belton.
Aristeguieta narra cómo Chávez al frente del partido PSUV empezó a conquistar espacios hasta que llegó a ganar la presidencia con el 63.45 % de los votos. Algo parecido al triunfo de AMLO, pero con menos porcentaje (53 %). En 1999 Chávez lanzó el Plan Bolívar 2000 que consistió en enviar a 40 mil soldados en brigadas contra de la pobreza, como jornadas masivas de vacunación. Con esto, Chávez quería enviar el mensaje de que los militares “no eran una fuerza de represión, sino una de seguridad’’. El programa estuvo envuelto en varios escándalos por la corrupción del gobierno.
En abril de ese año se celebró un referéndum que fue aprobado por más del 81 % de la votación para convocar a una Asamblea Constituyente con una abstención del 62.35 %. El 23 de mayo inició su programa de TV Aló Presidente y el 25 de julio se realizaron las elecciones para los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente. El Polo Patriótico obtuvo 121 escaños, mientras que la oposición ¡sólo obtuvo siete! El 3 de agosto dicha Asamblea inició sus sesiones.
El 17 de agosto, la Asamblea Nacional Constituyente declaró la “emergencia“ de la Corte Suprema de Justicia de Venezuela y creó una comisión encargada de investigar el desempeño de sus magistrados, del Consejo de la Judicatura y se expuso aproximadamente a mil 200 jueces, antes de despedirlos. La presidenta de la CSJV, Cecilia Sosa renunció a su cargo y denunció el fin del estado de derecho.
Así comenzó la disolución de la Corte. El 20 de noviembre la Asamblea terminó el proyecto de la Constitución de 1999, el 15 de diciembre se llevó a cabo otro referéndum. El 70 % de los sufragantes aprobó la nueva Constitución con un 55.62 % de abstención.
Tiempo después, en 2013, la muerte sorprendió a Chávez y dejó el poder en charola de plata a Nicolás Maduro, bajo cuyo régimen, según ACNUR, siete millones de personas se han visto forzadas a abandonar el país. A pesar de ser un país rico por el petróleo, en el país bolivariano empezaron a escasear alimentos y medicamentos.
Aristeguieta menciona que Maduro intensificó el control de la población condicionando el voto y racionando el alimento con las cajas CLAP. “El que no vote no come”, es su estrategia.
Y, por último, Aristeguieta menciona que ahora en Colombia el Centro Nacional Electoral (CNE) acaba de anunciar que va a investigar las elecciones de Petro porque hay dudas del financiamiento de su campaña.
Armando Benedetti, el embajador de Colombia en Venezuela muy cercano a Petro, pero recién destituido del cargo, reveló cómo Nicolás Maduro estuvo involucrado en el financiamiento de la campaña.
El caso explotó con las grabaciones en las que Benedetti exclamó: “Nos hundimos todos, nos vamos presos”.
Los mexicanos corren el riego de ahogarse en las garras del populismo, el autoritarismo, la falta de libertades, aumento de la pobreza, escasez de alimentos y medicamentos, fracaso del sistema de salud, militarización, falta de independencia de poderes, reducción del espacio democrático, violación sistemática de derechos humanos, adoctrinamiento a la niñez y una larga lista.
Las palabras de Benedetti dichas por despecho, podríamos tomarlas como llamada de atención: “¡Nos hundimos todos!”.