El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha maltratado al personal de Salud. Durante la pandemia, México ocupó uno de los primeros lugares por muertes de médicos y enfermeras que estuvieron en primera línea atendiendo a los contagiados por la Covid-19. No tenían equipo de protección adecuado y los mandaron a la guerra sin fusil. Después cuando llegaron las vacunas no fueron los primeros en recibir el ansiado líquido, muchos tuvieron que ampararse para que los vacunen y ahora, después de salvar vidas en condiciones dificilísimas, con temor de ser contagiados y de incontables horas de trabajo, la policía los “encapsula” durante las protestas en las que pedían mejoras laborales y aumento de sueldo. Es realmente vergonzoso.
¡Ah, pero qué tal tratan a los médicos cubanos! Ahí sí hasta el presidente les rinde pleitesía, reconoce sus méritos, los alaba, y los funcionarios de la Secretaría de Salud los tratan a cuerpo de rey. “Pase por aquí compañero, viva Fidel y la revolución”.
Una brutal hipocresía de los gobiernos involucrados porque el 80 % del sueldo que les paga Palacio Nacional, se lo quedan en La Habana. Los médicos cubanos son víctimas de esclavitud moderna, según lo denunció la ONU, pero en México sí los tratan bien bonito porque son unos verdaderos mártires que se van a los rincones más inhóspitos a “donde nadie quiere ir”, ha dicho el ilustre subsecretario Hugo López-Gatell para justificar la contratación. Qué desfachatez.
Según asistentes a las manifestaciones en la CDMX, la 4T prometió basificación en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Bienestar,
homologación salarial y la mejora de las condiciones de trabajo. Pero ¡no les cumplen!
¿Y qué quieren? ¿Que se queden callados como los médicos cubanos que son amenazados si se atreven a renunciar o a denunciar? ¿Por eso ponen vallas metálicas y mandan a los granaderos? ¿Porque los quieren silenciar?
Los derechos a la manifestación, a la libre asociación y a la libertad de expresión están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la Constitución. Sin embargo, en respuesta a sus protestas el gobierno de la CDMX les manda a la policía ¿porque llevaban globos blancos y pancartas?
La dedicación y sacrificio del personal de salud no han sido reconocidos adecuadamente y por eso ahora se lo exigen a la Secretaría de Salud. Denuncian que enfrentan una crisis laboral por negarse a firmar su traslado al IMSS-Bienestar, porque peligra su salario, su antigüedad y su horario laboral. Un médico participante en la manifestación explicó: “Nuestra lucha no es con IMSS Bienestar, sino con la Secretaría de Salud. Buscamos una basificación sólida en IMSS Bienestar con las prestaciones equivalentes y una remuneración justa acorde al tabulador máximo”.
Y por si no fuera poco y para colmo de males sigue el desabasto de medicamentos a nivel nacional, el personal de salud tiene que dar la cara a miles de enfermos que necesitan tratamiento, pero no lo tienen. Son los que les dan la mano a los enfermos y ofrecen consuelo porque muchas veces no pueden dar una medicina. Su misión de salvar vidas se ve malograda porque muchas veces no hay con qué curar a los enfermos.
Su frustración aumenta al ver las condiciones precarias de las instalaciones de muchos hospitales públicos y si una enfermera se atreve a mostrar que hay ratas… ¡la despiden!
El personal de salud se hunde cada vez más en el fango del maltrato del gobierno de López Obrador. Les avientan a los uniformados ignorando sus derechos, sus batas blancas y lo que representan. Es el momento de poner las cosas en perspectiva, escuchar sus demandas y entender que son esenciales para la sociedad. Más que un diálogo, se necesitan compromisos. Pero lo más probable es que los funcionarios de la 4T no les respondan ni honren su palabra. Qué ingratitud.
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