Los amigos de AMLO

2 de Noviembre de 2024

Gabriela Sotomayor

Los amigos de AMLO

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El presidente Andrés Manuel López Obrador corrigió la decisión del canciller Marcelo Ebrard de no enviar a ningún representante de México a la toma de posesión del dictador Daniel Ortega en Nicaragua y de su vicepresidenta, Rosario Murillo, y se salió con la suya para que Palacio Nacional estuviera presente dando el espaldarazo a su amigo.

Es vergonzoso, inaudito y absolutamente reprochable que México avale de esta manera a un siniestro criminal de la talla de Ortega. ¿Estaría preso de la confusión mental que provoca la Covid-19, pues cuando hizo el anuncio ya estaba contagiado? ¿Estaría más lúcido que nunca? Cuando periodistas, intelectuales, políticos de oposición, comentocracia y comunidad tuitera celebraban la decisión de la 4T de no enviar a ningún representante de México a esta farsa, AMLO reculó en favor del dictador nicaragüense.

“Nosotros tenemos buenas relaciones con todos y no queremos ser imprudentes”, justificó AMLO. “Va a estar Ramiro Ayala, él es el encargado de negocios, porque no tenemos embajador, pero ya vamos a pedir el beneplácito del gobierno de Nicaragua”.

AMLO anunció, en ausencia de Ebrard, que Guillermo Zamora será el nuevo embajador luego de que a raíz del encarcelamiento de opositores México y Argentina llamaron a consultas a sus embajadores en Managua. En ese entonces, el Presidente fue insultado por Juan Carlos Ortega, hijo de la pareja presidencial: “Andrés @lopezobrador_ La historia no nos permite esos lujos de cobardía. Asúmase mi hermano”. Asistieron también otros dictadores cercanos a AMLO: Miguel Díaz-Canel de Cuba y Nicolás Maduro de Venezuela. También estuvo en la mesa de honor el expresidente de Bolivia, Evo Morales; además de los representantes de Argentina, Corea del Norte, China, Rusia e Irán.

Por cierto, la presencia de Mohsen Rezai, vicepresidente de asuntos económicos de Irán, causó total repudio entre los argentinos, pues es uno de los acusados de ser autor intelectual del atentado terrorista ocurrido en 1994 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), y que dejó más 80 muertos y 300 heridos. Tales fueron las críticas contra el gobierno por no haber retirado a su representante del evento en el que estaba Rezai, sobre quien pesa una alerta roja de la Interpol, que la cancillería argentina tuvo que emitir un comunicado considerándolo “una afrenta a las víctimas”.

Recordemos que la oficina de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos, Michelle Bachelet, documentó la detención arbitraria entre mayo y octubre de por lo menos 39 líderes políticos, defensores de derechos humanos, empresarios, periodistas y líderes campesinos y estudiantiles, junto a siete precandidatos y pidió su liberación inmediata.

En un informe, un grupo de 15 organizaciones, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) acusaron al gobierno de Ortega de perpetrar “crímenes de lesa humanidad” en los últimos tres años. “En Nicaragua se cometen crímenes de lesa humanidad en el marco de un terrorismo de Estado y de un Estado Policial de Excepción”, afirma el informe que denuncia cada una de las “etapas del accionar estatal”, desde la represión generalizada a la manifestación ciudadana de 2018, la imposición de un Estado de terror y la Operación Limpieza, en la que murieron cientos de personas.

Acusa “la criminalización de la protesta social, el camino hacia un Estado de Excepción y la evidencia de cárceles clandestinas”.

Detalla que en 2018 murieron 355 manifestantes, incluyendo niños y adolescentes, dos mil resultaron heridas, más de mil fueron encarceladas, cientos de profesionales de la salud, maestros y estudiantes fueron despedidos y más de 100 mil personas huyeron de Nicaragua, entre estas casi un centenar de periodistas. Con el apoyo a Ortega AMLO no sólo humilló al canciller, también insultó a todos los mexicanos que valoramos la democracia y el respeto a los derechos humanos. El dictador se ha perpetuado desde 2007, mientras opositores y críticos se hunden en sus celdas, víctimas de tortura, sin el debido proceso ni ver a sus familias y sin esperanza de ser liberados. Está claro quiénes son los amigos de AMLO. Qué peste.