“Cuenten todo lo que sepan, no se queden con nada”, le rogó una de las madres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa a los expertos del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), “eso es lo que vamos a hacer’’, dijo Carlos Beristain al iniciar la presentación de su sexto y último informe sobre el caso de desaparición forzada más escandaloso y emblemático que se ha registrado en México. La evidencia presentada acusa que los que no han dicho todo lo que saben son las Fuerzas Armadas y quizá hasta el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los miembros del GIEI, Ángela Buitrago y Beristain, acusan que la resistencia del Ejército y de la Marina para dar información ha sido el “mayor obstáculo” que han enfrentado y que López Obrador “está al tanto” de la información solicitada y de la que no ha sido proporcionada por las Fuerzas Armadas.
¿Están denunciando que el comandante de las Fuerzas Armadas, es decir el presidente, sabe lo que pasó con los estudiantes y se niega a revelarlo? ¿Por eso abandonan la investigación?
“No hay impunidad y se está actuando. Y no es cierto que Marina y Defensa no estén ayudando’’, dijo López Obrador en su mañanera.
“Respeto su punto de vista, pero no lo comparto, porque si se ha avanzado es precisamente por la colaboración de la Marina y Defensa”,
argumentó.
Pero aquí no se trata de “puntos de vista”, se trata de la verdad y la justicia que merecen las víctimas.
AMLO, como es su costumbre, desacreditó el informe del GIEI, usando la vieja estrategia autoritaria de negar todo lo que lo empaña.
En respuesta, Mario, uno de los padres de los 43 exigió una reunión con AMLO en Palacio Nacional:
“Nos urge decirle que no se vale jugar con 43 padres, con los compañeros que nos apoyan, que México entero tiene el derecho de saber qué pasó, si el presi no nos da la apertura para que Marina y Sedena
nos entreguen eso, ¿quién podría hacerlo?”.
AMLO ha cometido una de las peores acciones que rodean un caso de desaparición forzada: el silencio. Su pacto de silencio es con las Fuerzas Armadas. El mismo
pacto
infame que hizo el expresidente Enrique Peña Nieto.
Al día de hoy seguimos sin saber ¿quién ordenó su desaparición, por qué, cómo y sobre todo en dónde están los 43?
El GIEI
que se despide de México se constituyó en diciembre de 2014 tras un acuerdo de asistencia técnica entre el gobierno y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que es parte de la OEA.
Qué hipocresía de AMLO al recibir en la mañanera a Estela Carlotto fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo por los desaparecidos durante la dictadura argentina y qué vergonzoso que ella, activista reconocida, se haya prestado al juego sabiendo que López Obrador no ha recibido a ninguno de los colectivos de madres buscadoras. Qué decepción.
Buitrago de Colombia y Beristain de España,
denunciaron un “ocultamiento sistemático de información”.
Vinimos a este país con el compromiso de que íbamos a tener acceso a toda la información disponible y eso es lo que hemos pedido hasta ahora”.
Por su parte Buitrago remarcó que se necesita “encontrar rendijas de la verdad por las que pase la luz’’ y dejó claro que la reparación o ayuda humanitaria “no es sustituto de la verdad y la justicia”. Asimismo, Beristain invitó al país a hacer una reflexión colectiva para el futuro de México y “cocer por dentro esas palabras rotas’’.
Por otra parte, a esta madeja de mentiras se suma que
el fiscal especial para el caso Ayotzinapa Omar Gómez Trejo, quien gozaba de la confianza de los padres y madres, presentó su renuncia
(09/2022)
tras haberse dado a conocer el retiro de 21 de 83 órdenes de aprehensión dictadas. La decisión del retiro de las órdenes de captura fue dictada por la Fiscalía General de la República.
Ahora, sin un fiscal especial en quien confíen los afectados, los
padres de
los estudiantes
no ven más vías a la
justicia que una reunión directa con el presidente.
Quizá otra vía que podrían explorar sería acudir a un tribunal de justicia internacional, que pudiera ejercer más presión, pero por lo pronto,
exigen
que los reciba el presidente y
que la investigación no se detenga y continúe por las directrices establecidas
en los
informes del GIEI .
¿Los va a recibir el presidente? Lo más seguro es que no, pero si se reúne con los padres de los 43, si la compasión juega un rol en este caso trágico y llega a tocar las fibras más sensibles de Andrés Manuel, que en voz baja les diga la verdad y les murmure al oído en dónde están.