Lo que el Tren se llevará

24 de Diciembre de 2024

Gabriela Sotomayor

Lo que el Tren se llevará

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Es imposible calcular la magnitud del daño ambiental que causará el Tren Maya en la península de Yucatán. Los expertos hacen sus proyecciones: no hay transparencia en la información pues es un proyecto resguardado por el ejército, los ambientalistas se han cansado de denunciar y trataron por todos los medios de poner un alto a la gestación de un ecocidio en tiempo real. Ha sido inútil.

El presidente Andrés Manuel López Obrador con esa genialidad y terquedad que le caracteriza sigue construyendo un tren de mil 500 kilómetros y de unos 20 mil millones de dólares a través del corazón de la civilización maya que amenaza con afectar los medios de vida de los pueblos indígenas, acabar con el ecosistema y, de paso, poner en riesgo el patrimonio cultural pues según un reportaje del Washington Post, que ya desmintió el gobierno, los arqueólogos “están descubriendo toda una civilización como una red de Pompeya Maya”. Poca cosa.

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) acusa que el Tren Maya causará diversos impactos sociales, pues es una propuesta de desarrollo diversa a la cultura de las comunidades indígenas, campesinas, pesqueras que ahí se encuentran, además de que exacerbará la desigualdad y marginación entre las personas que viajan y los habitantes que ofrecen servicios.

Poco más de la mitad (53%) del trazo del Tren Maya se encuentra sobre terrenos ejidales, afectando a un total de 177 ejidos.

Según CEDMA en la construcción se talarán dos mil 500 hectáreas de selvas húmedas y secas, alrededor de ocho millones 736 mil árboles.

La ruta del tren abarca municipios que son considerados grandes hábitats y un pulmón para el planeta. Se afectarán las reservas de agua, la región es considerada como una gran reserva del líquido vital, principalmente de origen subterráneo de la que depende más del 32% de la recarga media de todo el país.

Además, el tren provocará la desaparición de áreas protegidas, problemas con la gestión de residuos, daño a la fauna, fragmentación de ecosistemas, la contaminación de las selvas, el peligro de extinción del jaguar, la destrucción de manglares, el aumento de incendios, ruido.

Tampoco se entiende por qué AMLO le está comprando a Cuba toneladas de piedra rajón. Según la prensa cubana en un mes se movilizarán 90 mil toneladas de este tipo de piedra y se irán incrementando paulatinamente hasta que el envío sea de 200 mil toneladas mensuales.

En una carta enviada a la 4T más de 10 expertos de la ONU afirmaron que “como proyecto dirigido por el Estado, el gobierno mexicano debería tomar medidas adicionales para garantizar el respeto de los derechos humanos y el medio ambiente”.

Critican que el gobierno ha elevado el proyecto a la categoría de proyecto de seguridad nacional, lo que le permite derogar la aplicación de las salvaguardias ambientales y sociales: “Este cambio de estatus del proyecto dirigido por el Estado no permite a México eludir su obligación internacional de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos de las personas afectadas por este megaproyecto y de proteger el medio ambiente de acuerdo con las normas internacionales”.

Afirman que “esta decisión no sólo tiene el potencial de permitir que los abusos de los derechos humanos sigan sin ser abordados, sino que también socava el propósito del proyecto de llevar un desarrollo social y económico inclusivo y sostenible a los cinco estados mexicanos involucrados. En este contexto, la creciente participación del ejército en la construcción y gestión del proyecto también suscita gran preocupación”.

Y urgen “respetar el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas y a evaluar de forma transparente los impactos acumulativos reales y potenciales de los proyectos, de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos y medioambientales”.

La Península de Yucatán se irá hundiendo en un desastre ambiental

provocado por la construcción del Tren Maya.

¿Quién será el responsable? ¿Cómo se reparan los daños irremediables? ¿Qué pasará con los pueblos indígenas que han sido desterrados? ¿En qué corte internacional se interpone la queja? Este no es el tren del desarrollo, es el tren del ecocidio.