Parece que en México estamos anestesiados. Nos dicen mil muertos y nos parecen pocos. Estamos acostumbrados a las cifras alarmantes de homicidios dolosos y desapariciones. La manera brutal en que asesinan a jóvenes en todo el país nos parece ya la historia de todos los días. Tenemos un grueso teflón contra las tragedias. Empezamos a normalizar el horror.
Los narcos asesinan a sangre fría a civiles, a migrantes, a religiosos. Descuartizan, torturan, secuestran. Aparecen cuerpos desmembrados en hieleras, leemos el periódico salpicado de sangre y pasamos la página, como si un cuerpo ultrajado de un menor de edad o el de una joven no fuera espeluznante. Ya casi nada nos asusta y mucho menos nos conmueve.
Quizá por esta violencia normalizada el presidente Andrés Manuel López Obrador y sobre todo, Claudia Sheinbaum, próxima candidata a la presidencia de Morena, han sido vergonzosamente tibios e indolentes ante los ataques del 7/10 en el que el grupo terrorista Hamás perpetró cruentos ataques deliberados contra civiles israelíes, con el objetivo de causar el mayor daño posible.
La guerra de Israel contra Hamás es volátil, hasta el momento de escribir este texto (18/10/23) ni la Sra. Sheinbaum, ni el presidente han condenado de manera contundente los ataques de Hamás en Israel, no los han llamado por su nombre, ni tampoco han condenado los bombardeos en la Franja de Gaza en donde miles de palestinos inocentes también están pagando por los ataques de Hamás con un sufrimiento impensable. AMLO dijo algunas palabras sobre los dos rehenes mexicanos prisioneros de Hamás en Gaza. Se quedó corto. Esa mediocridad es insultante.
Se esperaría que Sheinbaum, por sus aspiraciones para ocupar la presidencia del país y acaso por su origen judío, hubiera sido más contundente para referirse a los dos rehenes mexicanos, pero se ha visto insensible. Condenar a Hamás no significa olvidar la causa palestina. Pronunciarse por el secuestro de al menos 199 rehenes entre ellos bebés, niños y ancianos, no significa olvidar a dos millones de civiles palestinos a los que el grupo extremista ha puesto como carne de cañón.
Se sabe que los altos mandos de Hamás no están en la Franja de Gaza, se presume que están en Qatar, en Siria, en el Líbano o en Irán. Es fácil dar órdenes desde la distancia. El pueblo palestino ha sido abandonado a su suerte por la autoridad que se supone que los representa. Sheinbaum no ha fijado su postura, no ha condenado la masacre de civiles inocentes en Israel ni tampoco la matanza de civiles que tiene lugar en Gaza, ni el sitio, ni se ha pronunciado por un corredor humanitario, lo suyo es repetir la cantaleta de AMLO.
Tampoco vemos a Sheinbaum tratando de influir por todos los medios para traer de regreso a los mexicanos que quieren volver al país. Ellos también han pagado un precio muy alto, dejan atrás a seres queridos, trabajo, escuelas, casa, pertenencias, toda una vida y sumado a ello ahora el gobierno los ha dejado varados en España. Les dieron una lista de hoteles y un módico descuento para comprar su boleto de avión. El presupuesto chiquito de la 4T no alcanzó para repatriarlos con todas las de la ley. ¿Así es como el gobierno de Palacio Nacional y la candidata a la presidencia le responden a los mexicanos que se despertaron en un país en guerra? ¿Ese abandono es el que le espera a los mexicanos en el extranjero? La doctora celebró que regresaran 135 connacionales… ¿y los demás? ¿Ese es el tamaño de la candidata a la presidencia?
Sheinbaum posteó en X el comunicado del gobierno que quizá redactó Jesús Ramírez: “El Gobierno de México expresa su máxima preocupación por ell conflicto entre Israel y Palestina y condena todo acto en contra de civiles”. ¿Alguien le dijo a la 4T que la guerra de Israel es contra Hamás? En su cuenta X en la que la doctora se dice “humanista”, no ha expresado públicamente su solidaridad con civiles judíos, ni palestinos. No condenó el bombardeo al hospital en Gaza. Es inconcebible.
México se hunde en la mediocridad de su política exterior cuatrotera. Tanto AMLO como Sheinbaum se han quedado del lado incorrecto de la historia. Ilana Gritzewsky y Orión Hernández
están viviendo escenas de terror, amenazados con ser ejecutados, pero parece que AMLO y su mejor alumna los han olvidado. Si ellos vieran la indiferencia que han mostrado por su cautiverio, se hundirían hasta el fondo de la desolación y la desesperanza. Y la mexicana Bárbara Lango, también quiere salir de la Franja de Gaza. ¡Hagan algo, ayúdenla! ¡Regresen con bien a los dos rehenes mexicanos! ¡Llévenlos a casa! ¡Vivos los queremos!