Fuera de lugar

5 de Noviembre de 2024

Gabriela Sotomayor

Fuera de lugar

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¿Cuáles son las cualidades que tiene Rafael Marín Mollinedo el nuevo embajador designado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para representar a México ante la Organización Mundial de Comercio? ¿Ser primo del famoso Nico, quien fuera conductor del auto de AMLO hace muchos años? Podría ser un extraordinario funcionario, pero no se advierte en su carrera una trayectoria en comercio internacional. Pero no hay que ser tan mal pensados. Es posible que esté tomando un curso intensivo sobre aguerridas negociaciones entre viejos lobos de afilados colmillos sentados a la mesa de la OMC. Denle chance.

Pregunté por los pasillos de la OMC qué características debe tener el representante de un país para desempeñar bien su trabajo. Entre otras cualidades citan “un conocimiento altamente técnico del marco jurídico del organismo”; debe ser “experto en diplomacia comercial” porque puede llegar a ser muy complejo negociar con la sonrisa en los labios cuando se trata de ponerse con Sansón a las patadas; debe destacar por sus habilidades en las relaciones sociales, por las reuniones informales, el café, la cena de trabajo, en fin, debe manejar “la técnica del tamaleo”, es decir el cabildeo y, por último, pero no menos importante, debe dominar por lo menos un idioma, el inglés es fundamental.

Con todo respeto y sin ánimo de que sea una cuestión personal, quizá Marín Mollinedo dista mucho de ser el candidato ideal. La vara que dejan sus antecesores le queda muy alta y el CV, no le alcanza. Marín no pasó por la Secretaría de Economía como sus antecesores y para acabarla de amolar “no tiene experiencia canchera”. Mirar el partido desde fuera del terreno de juego no aporta nada. ¡Está fuera de lugar! Entre otros retos, deberá participar en una reunión de seniors de la OMC, falta la conclusión de temas de pesca, se avecina la Ministerial en Abu Dabi, queda pendiente reactivar el mecanismo de solución de diferencias y muy importante, la reforma de la OMC. No es poca cosa.

El CV de Marín Mollinedo dice que es Licenciado en Economía de la UNAM, pero no dice cuándo. Ha colaborado “en diversas dependencias’’ como la Secretaría de Programación y Presupuesto, Hacienda y PEMEX, pero no especifica en qué puestos. En 1985 colaboró en el DIF de Tabasco, en el gobierno del DF estuvo al frente de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) y en 2006 fue coordinador de la Campaña de AMLO en Quintana Roo, Campeche y Yucatán, titular del Comité Estatal de Morena en Quintana Roo 2012-2015, de 2018 a 2022 fue director del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y en diciembre de 2022 fue titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México. ¿Y además de ser amiguísimo de AMLO, la experiencia en comercio internacional apá, en dónde quedó?

Y eso no es todo. A Marín Mollinedo lo mandan a Ginebra como al Llanero Solitito porque la embajada está vacía desde hace seis meses pues Ms. Pretty Face sacó la espada de Damocles y a todos los negociadores con años de experiencia, les dio cuello. El nuevo embajador no tendrá a su lado un equipo experto que lo pueda orientar. Suena como a la tormenta perfecta.

¿Cuál es la lógica de AMLO para hacer estos nombramientos? Si la idea era premiar la lealtad, pudo enviarlo a Montevideo, que es la única oficina comercial que permanece abierta. De esa forma no se pondrían en vilo sendas negociaciones que tiene de frente el país.

Las implicaciones pueden ser muy serias. Es incomprensible que Ms. Pretty Face haya cerrado la representación en Washington, con el problemón del maíz transgénico, la implementación de reglas de origen automotriz y, sobre todo, las re-negociaciones del TLCAN. Estamos hablando de un país que según datos del Banco de México, en 2021 las exportaciones de bienes y servicios desde México sumaron más de 465 mil millones de dólares, equivalentes a 49% del PIB nacional.

El país depende de sus relaciones comerciales con Estados Unidos, que representa más de tres cuartas partes de las exportaciones del país. Otros destinos para las exportaciones de México son Canadá, China, Alemania y Japón.

También cerraron la oficina comercial de Canadá, necesaria para hacer la pinza con lo del TLCAN; la de Japón, en donde se negocia el Acuerdo de Asociación Económica y se llevó a cabo el Comité de Negocios. En la de Bruselas la 4T dejó a Héctor Rodrigo Martínez, ex ProMéxico, dicen que es muy amigo del Subsecretario Encinas. Ahí todavía falta concretar con la Unión Europea el Acuerdo Global Modernizado.

El gobierno de Palacio Nacional se hunde en la más absoluta falta de ética para el nombramiento de algunos de sus funcionarios, la falta de conciencia, de preparación, el amiguismo y el oportunismo parecen ser la norma. Los acuerdos comerciales del país pudieran irse a pique o a la deriva. Eso no les importa. Que quede bien claro Sr. presidente, eso también es corrupción. Qué conste.

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