México se juega su futuro en las próximas elecciones del 2024. No es un cliché, es un escenario posible. El país no podría soportar otro sexenio de violencia, impunidad, ineptitud, corrupción, graves violaciones de derechos humanos, militarización y falta de gobernabilidad. No es cuestión de ideología, es simple y llanamente un caso de supervivencia.
No hay espacio para el error. La pelea está cantada a pesar de la trampa que le hicieron a Marcelo Ebrard quien al parecer salía como vencedor. Sabemos que quien traiciona una vez, traiciona dos, tres y las veces que sean. Ahora se impone dignidad y congruencia de Marcelo. En los próximos días veremos de qué madera está hecho. Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum son las candidatas a la presidencia. Es histórico que dos mujeres estén en la contienda, ambas tienen grandes cualidades. Claudia es la sacerdotisa de la 4T sometida a su guía espiritual. Representa la continuidad cuatrotera, con ella el obradorato se afianzará en el país y el derrumbe de la línea 12 del metro parecerá un asunto menor comparado con la devastación que se avecina. Por su parte Xóchitl, arropada por la ciudadanía, promete tirar pa’lante, escuchar, llama a la unidad, a mejorar los programas sociales, fortalecer el sistema de salud, defenderá a las mujeres, a los indígenas y como buena ingeniera, invertirá en obra pública.
Fue el mismo presidente quien catapultó a Xóchitl: “Se puede argumentar que el error político más notable de los últimos 17 años de Andrés Manuel López Obrador, derivado de su soberbia, fue no haberle regalado unos minutos de la mañanera a Xóchitl Gálvez, que pidió, con un mandato judicial, poder replicar una mentira que había dicho sobre su apoyo a programas sociales’’, escribe Raymundo Riva Palacio. Para llegar a ese momento icónico en que Xóchitl fue a tocar esa puerta, pasaron muchas cosas. Más allá de encadenarse a la silla del Congreso, de quedarse a dormir en el Senado, de disfrazarse de dinosaurio, ella ha levantado la voz en favor de las víctimas y las minorías con su voto como senadora. Es humana. Claudia, por su parte, se ha manejado bien en la política ayudada por su jefe. Al frente de la Ciudad de México, se le acusa de remar y remar en favor de las campañas electorales de Morena. A pesar de ser una mujer inteligente, bien preparada (con estudios en el extranjero) no es autónoma, ni independiente. Con tal de ahorrar le tuvo sin cuidado que millones de capitalinos se jueguen la vida a diario en el metro. “Shame-baum”.
A Xóchitl la critican porque la apoyan el PRI, PAN y PRD. Recordemos que AMLO la quiso sumar a su 4T, pero ella se negó porque se dio cuenta de lo autoritario que es. Ahora que, si le plantó cara a López Obrador, no cabe duda de que sabrá defenderse y establecer el diálogo con los partidos. AMLO la descalifica porque tiene su aval. No todo es blanco y negro. Habrá que reconocer que de las filas del PRI han salido destacados políticos como Torres Bodet, González Avelar, Muñoz Ledo o el inolvidable Manuel Clouthier “Maquío” del PAN, por mencionar algunos. Hay una larga lista para reflexionar y aprender. No olvidemos que Enrique Peña Nieto ha sido el más desvergonzado y ladrón de todos sus antecesores, incluyendo a Salinas de Gortari. El que lo perdonó firmando un pacto de sangre fue López Obrador. Así amarró su boleto de entrada a Palacio Nacional. Gracias a AMLO el hombre vive feliz feliz, feliz en Madrid disfrutando del dinero de los mexicanos.
Para gobernar se necesita liderazgo, un buen equipo y voluntad política para solucionar los problemas más acuciantes del país.
Un líder debe emocionar, inspirar, crear esperanza en un mejor futuro, conectar con la gente. Xóchitl tiene ángel, contagia buen humor, alegría, frescura. Es digna, inteligente e independiente. Como buena empresaria sabe fijar objetivos, trazar proyectos y consolidarlos. Sheinbaum, ya lo hemos visto, es profundamente desangelada y de pobre iniciativa.
Ahora el único interés de AMLO es seguir ejerciendo el poder por “secula seculorum”, con el viejo modelo del tricolor, pero pintado de guinda, ese color tan espantoso. Quiere a Claudia porque ella será su marioneta. Nombrado por el Index of Censorship como el Tirano del Año 2022, AMLO ha ejercido su liderazgo a la mala, Xóchitl ha ganado seguidores por la buena. Más de lo mismo y el país se va a pique.
Escribo este texto como ciudadana mexicana. Nuestro país corre el riesgo de hundirse en el fondo de la ingobernabilidad, en un mar de profunda impunidad y caer en un torbellino de violencia y abuso militar. Cada uno tomará su decisión en 2024 y deberá asumirla pues ya no hay engaño como cuando AMLO tomó el poder y traicionó a los electores. El gran enemigo por vencer es el abstencionismo, ya lo vimos en el Estado de México. Es imperativo sacar al país a flote y evitar el tsunami de otra dictadura de partido, quizá más autoritaria. Es necesario recuperar el estado de derecho, reconstruir, poner alto a la devastación, al baño de sangre. Por eso pienso que para evitar que el país caiga por el despeñadero la persona indicada es Xóchitl. No hay de otra.
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