En la Franja de Gaza dos millones de palestinos han pagado por los ataques terroristas de Hamás contra la población israelí. No tienen agua, alimentos, electricidad, medicinas y el combustible se agota por el sitio impuesto por Israel, además no cesan los bombardeos indiscriminados contra viviendas, escuelas y hospitales, sumado a la ofensiva terrestre. Hemos visto el desarrollo de una catástrofe humanitaria en tiempo real.
Acapulco ha sido golpeado por la fuerza de la naturaleza con el huracán Otis dejando devastado al puerto más turístico del país. En unas horas fue arrasado. La población quedó sin agua, sin alimentos, sin electricidad y escasea el combustible. El 80% de los hoteles y viviendas sufrieron daños considerables al igual que hospitales, clínicas, centros de salud y escuelas.
No hay punto de comparación entre Acapulco y Gaza, salvo en una cosa: han recibido la ayuda humanitaria a cuentagotas. En Gaza por la crueldad de Israel, desde 7/10 han entrado unos 200 camiones con ayuda de la ONU por el cruce de Rafah, Egipto. “Migajas”, dijo un funcionario. En Acapulco no hay guerra, pero por la negligencia de Palacio Nacional y la ineptitud de los gobiernos federal, estatal y municipal para gestionar la catástrofe la ayuda llegó muy tarde.
El mundo quedó horrorizado por los ataques terroristas de Hamás y ante la respuesta cruel y despiadada de Tel Aviv. Han muerto al menos 9 mil civiles, el 70% niños y mujeres. Y desde el 25/10 cuando pegó Otis en Acapulco el país quedó consternado. Al día siguiente de la tragedia, la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU tenía ya un balance preliminar de la situación. Un panorama mucho mejor del presentado por Palacio Nacional.
La ONU dijo que estaba lista para ayudar, pero para que esto suceda México tiene que solicitar la ayuda. No la ha pedido, a pesar de que la situación humanitaria sigue desbordada especialmente en poblados aledaños a Acapulco que hasta hoy (3/11) no han recibido ningún tipo de ayuda.
A pocas horas de la tragedia, la Cruz Roja mexicana estaba lista para desplegar su ayuda en el bello puerto, pero López Obrador dio órdenes precisas de que nadie iría a entregar ayuda a excepción del Ejército y Marina. AMLO bloqueó la ayuda de manera intencional en horas críticas que pudieron hacer la diferencia para miles de personas. La Cruz Roja finalmente pudo llegar a la zona de desastre. De haber permitido su entrada inmediata quizá se hubiera evitado un sufrimiento innecesario de la población. Todo con el fin de distribuir la ayuda con fines clientelares y quizá también para controlar información. “Piensa mal y acertarás’’, dicen por ahí.
Otis dañó hospitales, escuelas, universidades, reveló un monitoreo realizado por el Sistema de Manejo de Emergencias Copernicus de la Unión Europea. Conforme a su análisis, basado en imágenes satelitales afectó 13 hectáreas que albergan infraestructura de este tipo, 2.3 con escuelas y 10.7 con hospitales.
Estados Unidos ofreció ayuda, podría haber enviado barcos con víveres, maquinaria e incluso un buque hospital, porque hasta el momento está incierto el número de heridos. Nadie habla de los heridos en Acapulco. Lo bueno es que AMLO sí aceptó ayuda de Cuba que mandó a los primeros heroicos médicos cubanos. Fiuuu.
Es urgente que los niños empiecen clases, es lo primero que a los menores les da un sentido de normalidad en sus vidas. Unicef estima que al menos 296 mil niños, niñas y adolescentes podrían verse afectados en cinco municipios de Guerrero. Tampoco Unicef ha sido llamado a instalar escuelas temporales. Así el tamaño de la soberbia. Pero lo bueno es que los servidores de la nación van censando casa por casa y dejando su despensa que les manda su Sr. Presidente.
Gaza, sitiada por una potencia ocupante cruel y sin escrúpulos y la población de Acapulco asediada por la ineptitud y negligencia de la 4T. Acapulco se hunde en la desesperanza, la devastación y seguirá pagando por la respuesta tardía de Palacio Nacional para que la ayuda fluyera de manera constante y sin restricciones.
Imperó el desgobierno y el pillaje. Gaza, en manos de Israel, la magnitud de la catástrofe es brutal. Acapulco abandonado a la buena de Dios en los primeros días después del golpazo de Otis. Que cada uno asuma su responsabilidad.
