Desde que empezó el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador la trae contra los medios de comunicación y los principales diarios del país, ya lo hemos escuchado decir hasta el cansancio que son corruptos, conservadores, neoliberales y una larga lista de adjetivos no muy amables y más bien descalificativos. En las últimas semanas se ha notado que se ha ido radicalizado y es de esperarse que conforme se acerquen las elecciones del 2024 subirá de tono su críticas hasta llegar al rojo vivo.
Hace un mes AMLO dijo: “Llueven mentiras, hay tormenta de mentiras porque hay medios que son fábricas de mentiras y de manipulación, medios informativos, conductores de radio y de televisión y también robots, manejados, aceitados, con mucho dinero en redes sociales, así están las cosas y por eso hay que estar aclarando las mentiras de nuestros adversarios. El bloque conservador con su grupo de élite tiene voceros intelectuales, me cuesta trabajo decirles así, ellos han perdido la imaginación y el talento’’.
Y ahora con las corcholatas en plena precampaña que no es campaña, el inquilino de Palacio los llama “medios de manipulación”, una y otra y otra vez… ¿a quién se parece? Hemos oído a AMLO repetir hasta el cansancio que “según Göbbels una mentira que se repite mil veces puede convertirse en verdad” cuestión que ha seguido al pie de la letra durante su gobierno pues repite hasta el hartazgo de su audiencia las mismas gastadas palabras “se acabó la corrupción”, “no somos iguales que los neoliberales”, en fin. Sin embargo, a pesar de tratar de imponer la máxima de Göbbels no lo ha logrado. A la prensa no la ha podido engañar.
En su mañanera del pasado 26 de mayo dijo que “se llegó al extremo del abuso de que con los medios de información, se impuso con los medios de manipulación a un presidente de México, que no se olvide eso (…) con el poder de la manipulación en periódicos, en radio y en televisión, se impuso a un presidente de México, a ese extremo llegaron. La soberanía no radicaba en el pueblo, sino en estos poderes”.
Qué peligrosas las palabras del tabasqueño. Quizá está adelantando su discurso en caso de que no gane Morena en 2024. Pensará decir que los culpables fueron los medios y los poderes fácticos de la oligarquía, o algo así. Habrá que prepararse porque se avecina una lucha frontal con los medios. Por lo pronto ya les ordenó a sus corcholatas cero contactos con Reforma y Latinus. Mañana veremos cuáles otros se suman a su lista negra. El narcisismo de AMLO es tan galopante que culpará a los medios por la derrota, nunca va a reconocer que se podría deber a que su gobierno ha sido un verdadero fracaso.
¿Se imaginan que los medios a los que tanto critica dejen de dar cobertura a las andanzas de los morenistas, que cierren filas y no saquen ni una nota, foto o video de sus corcholatas consentidas que no llegan ni a refresco? En un mundo ideal es lo que merecería el enemigo de la prensa independiente, pero sabemos que no va a suceder porque habría serias consecuencias, amenazas de retirar concesiones, quizá hasta incautación de bienes y quién sabe qué más represalias se lanzarían contra los dueños de los grandes medios para quienes su único compromiso está con sus negocios. Les tiene tomada la medida.
López Obrador se va hundiendo en su desesperación, en su profunda derrota como estadista, quizá sea recordado como el peor presidente de la historia moderna del país en cuyo gobierno se dinamitó el sistema de salud, la educación pública, se abandonaron a los pobres, a las pequeñas empresas, se ignoraron los derechos humanos, la ciencia, la cultura, impera la impunidad, la violencia está en una espiral ascendente, se militariza el país y ahora le declara la guerra al “cuarto poder”, a los medios de información, calificándolos de “medios de manipulación”. Cuidado señor presidente, no vaya a salirle el tiro por la culata.
