El otro crimen de Peña Nieto

5 de Enero de 2025

Gabriela Sotomayor

El otro crimen de Peña Nieto

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Para que el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa sea considerado un “crimen de Estado’’ con todas las de la ley, es necesario que se lance una orden de aprehensión contra el expresidente Enrique Peña Nieto, se solicite una orden de extradición, se le haga un juicio justo, se le dicte una sentencia, la cumpla en prisión y pague por el crimen que cometió por el presunto encubrimiento de los hechos, por ordenar torturas para obtener confesiones, por ser uno de los que maquinaron la “verdad histórica” y por proteger a los militares que participaron en esa noche trágica en Iguala. El castigo sería ejemplar y quedaría refundido en la cárcel por lo que le resta de vida. Soñar no cuesta nada.

Pero hay otro crimen que cometió EPN para el cual no hay cárcel ni condena, un delito imperdonable por el que no pasará a la historia: Su pacto con Andrés Manuel López Obrador que facilitó su triunfo electoral y el de su movimiento de recaudación nacional.

Como dice la canción “hay un pacto entre los dos’’ y vaya de qué tamaño es ese pacto que el mismo AMLO asegura que no se lanzará una orden de aprehensión contra EPN a pesar de que todo apunta hacia él en la cadena de mando en el crimen de Ayotzinapa. Parece que el pacto de EPN sí es con Dios y sin misericordia le dio en la torre a los mexicanos.

La herencia que dejó EPN fue dejar el camino libre a AMLO, a Morena, la fallida 4T, el austericidio del líder franciscano al que no le interesa el país, no le importa que tres mil niños con cáncer hayan muerto por falta de medicamentos, ni las muertes por la mala gestión de la pandemia, el colapso del sistema de salud, el aumento de la violencia, la narcopolítica, la destrucción de las instituciones, el desprecio por las mujeres, por las víctimas y una larga lista de despropósitos.

A AMLO le tiene sin cuidado el ecocidio en el sureste por el Tren Maya, el derroche en las mega obras, no mostró compasión por los mineros atrapados a pesar de que desfondó al FONDEN y se tardaron días en solicitar ayuda de expertos internacionales, y sumado a ello, por si faltaba algo, la escuelita mexicana con la benemérita titular de Educación amenaza con adoctrinar a la niñez y dejar una generación perdida en el limbo de la ignorancia. Es un verdadero desastre.

EPN encauzó el rompimiento del tejido social en el país. La manera escandalosa de robar de varios miembros de su gabinete, la corrupción galopante, la estafa maestra, los asaltos en Pemex, los contratos a modo, el descaro, la fastuosidad, la casa blanca, las propiedades y las cuentas de banco. Todo esto causó un profundo malestar en la sociedad, sobre todo en la clase media que castigó al PRI dándole un voto de confianza a ya saben quién.

Durante las campañas presidenciales AMLO fue haciendo su labor engatusando a EPN, al mismo tiempo recordemos que Ricardo Anaya del PAN iba bien en las encuestas, pero cometió un error al prometer que iba a juzgar a EPN, lo que bastó para que la maquinaria del poder le fabricara un delito que lo desacreditó y prácticamente lo bajó de la contienda y por su parte el PRI escogió como candidato a José Meade quien sumaba en cualidades, pero restaba en carisma. Difícil competirle a Mr. Simpatía.

Ahora sigue firme el pacto entre los dos, pero ni AMLO ni EPN son de la estatura de nuestras vidas, México merece y necesita un gobierno eficiente, capaz e incorruptible, como el que prometió el inquilino de Palacio Nacional que piensa que administrar un país está en función de la cantidad de palabras que dice en una mañanera.

Ahora AMLO sigue explotando su vínculo con EPN, empieza la cacería y la campaña para 2024, llama la atención que la 4T lanzó toda la caballería por Ayotzinapa cuando la discusión debe estar centrada en la posible militarización del país. ¿Por qué no esperaron al aniversario de la tragedia después del desfile del 16 de Septiembre que se avizora estremecedor?

México se hunde entre un sexenio malo y otro peor. Tomará décadas reconstruir todo lo que AMLO ha dinamitado, además del tiradero que dejó su antecesor cuya última canallada fue decantarse por el tabasqueño y cuyo partido le puso la alfombra roja.

México se desangra mientras EPN se pasea en los barrios más lujosos de Madrid con su peluca de pelo largo. Qué infamia. Ni perdón ni olvido.

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