El autócrata ruso Vladimir Putin puso como pretexto para la invasión la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania y lo que se está encontrando en respuesta es una des-Putinización en un gran número de países en donde crece el repudio en su contra por su crueldad, por los posibles crímenes de guerra como los ataques a hospitales, el bombardeo al teatro en donde se resguardaban casi un millar de civiles que estaba claramente marcado con la palabra “niños”, el sitio de Mariúpol y además la amenaza nuclear.
Cada vez más países marcan su distancia del régimen de Moscú, sin embargo, América Latina ha tenido una respuesta verdaderamente vergonzosa. A pesar de haber votado a favor de la resolución de la Asamblea General de la ONU que condena en los términos más enérgicos la incursión militar, ninguno ha impuesto sanciones económicas al invasor.
Imaginamos las razones por las que Cuba, Venezuela y Nicaragua guardan silencio por sus viejas alianzas con el monstruo exsoviético, pero ¿y los demás?, ¿por qué se están colocando del lado incorrecto de la historia? Y México ¿Con quién está su lealtad? ¿Con el agresor?
Quizá más que su alianza con Rusia, la tibia respuesta de varios países latinoamericanos se deba a su alineación con China que se ha mantenido al margen y que tiene sendos acuerdos comerciales en la región. No obstante, de seguir la devastación de Ucrania, es inconcebible que el bloque latinoamericano no envíe un mensaje más contundente.
Además, en estos días suenan las alarmas por el papel que puede jugar el dictador de Bielorrusia, amigo de Putin, sobre un posible ataque nuclear. Ahora es más necesario y urgente que la región hable con una sola voz, especialmente, porque es la primera en haberse declarado zona libre de armas nucleares.
El 14 de febrero de 1967 se firmó en la Ciudad de México el Tratado de Tlatelolco para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, impulsado por el ex canciller mexicano Alfonso García Robles, Premio Nobel de la Paz (1982) junto con la diplomática sueca Alva Myrdal.
Y en 2017, también con gran labor diplomática de México, básicamente todos los países de América Latina, excepto Argentina, firmaron el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares que entró en vigor el 22 de enero de 2021.
Con respecto al riesgo de un ataque nuclear perpetrado por Rusia, Beatrice Fihn, directora ejecutiva de la Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), Premio Nobel de la Paz 2017, advierte que “la amenaza nuclear es verdaderamente real”.
“Con el dictador bielorruso Aljaksandr Lukaschenko el riesgo del uso de armas nucleares aumenta debido a que luego de un referéndum entró en vigor la nueva constitución que elimina la neutralidad y el estatus de ‘estado libre de armas nucleares’ que tenía desde su independencia’’, nos dijo Fihn a un grupo de periodistas en Ginebra.
“Esto deja abierta la posibilidad de que Rusia estacione armas nucleares tácticas en Bielorrusia y también hemos escuchado a funcionarios rusos y bielorrusos discutir esto como una opción”, reveló.
“Putin está chantajeando al mundo con el uso de armas nucleares y lo está paralizando” afirmó Fihn quien recalca que el uso de estas armas tendría un efecto devastador no solamente para Ucrania, pues sería catastrófico para el mundo entero. No podemos permitir que los países como Rusia sigan haciendo esto a otros países porque tienen armas nucleares”, deploró.
Explica que se trata de armas de tipo táctico, no a gran escala, aunque “incluso las más pequeñas para los estándares actuales superan en potencial a la que en Hiroshima causó la muerte de 140 mil personas”.
Tras la guerra en Ucrania “el mundo tiene que abandonar la falsa retórica de que las armas nucleares dan estabilidad, porque en realidad se ha visto que son usadas para que una invasión se prolongue”, afirmó.
Hemos sido testigos de cómo una nación entera es arrasada mientras se hunde en ríos de sangre porque un autócrata con poderío nuclear así lo ha decidido. El mundo necesita desputinizarse, desnuclearizarse, humanizarse, democratizarse, sensibilizarse, pacificarse. No es posible seguir admitiendo los chantajes de Moscú sin tener una postura firme, clara y decidida. La historia se los cobrará.
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