Agua de menta

3 de Diciembre de 2024

Gabriela Sotomayor

Agua de menta

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Aquí en Europa el destino ya nos alcanzó. El cambio climático dejó de ser una teoría futurista. Se siente a flor de piel. En Ginebra, Suiza, el termómetro marca 38 °C a la sombra, el calor es brutal, las casas no tienen aire acondicionado, así que hay que ingeniárselas con ventiladores portátiles, buscar corrientes de aire y surfear la ola de calor con buen ánimo y lo mejor que se pueda.

Yo en las horas más acaloradas tomo agua de menta. Es lo único que me refresca y me quita la sed. La receta es muy fácil: Lleno la jarra de agua de la llave que es perfectamente potable, sí, sí, agua de la llave, le pongo hojas de menta que tengo en una maceta, la meto al refrigerador y ya está. El agua se mantiene nítida, como de manantial, es una verdadera delicia.

Otro recurso muy efectivo para quitar “la calor” y evitar que surja la violencia (no olvidar a la alcaldesa de Acapulco) es nadar en las frescas y diáfanas aguas del lago Leman o darse unos buenos regaderazos de agua templada que, si la dejas correr, se va poniendo helada. Así que, sin ánimo de exagerar, ni de presumir, podemos decir que aquí todos nos bañamos y tomamos agua de la llave tipo Evian, literal.

El preciado líquido llega a los hogares desde las montañas que ya sufren por el calentamiento global y cada vez tienen menos nieve… pero sin querer entrar en fatalismos, por el momento podemos decir que todavía gozamos de ese derecho. El derecho al agua. El más primordial de los derechos humanos.

Según lo que nos dice el titular de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) las olas de calor no van a parar. Así que aguas porque las cosas no se van a componer:

“Este tipo de olas de calor serán normales o incluso habrá más fuertes”, advirtió Petteri Taalas.”La mayor frecuencia de estas tendencias negativas continuará al menos hasta 2060, independientemente del éxito o no a la hora de mitigar el cambio climático”, subrayó el experto finlandés, quien debido al calor se quitó el saco y habló con la prensa en camisa de manga corta. ¡Fuera formalismos!

Qué terrible pasar estos calores observando y soportando a un estado fallido que no te garantiza el consumo del líquido vital. Es para mentársela. Si el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene en la mira un sistema de salud como el de Dinamarca, es de suponer que ya contempló que todos los mexicanos, aunque vivan en Nuevo León, tengan acceso al agua. En lugar de pasarse la ley por el forro, seguir con la devastación de la selva del sureste y la construcción de su Tren Maya, debería cubrirse de gloria e invertir para contrarrestar las sequías. Es urgente.

La Conagua publicó en el Diario Oficial de la Federación el “acuerdo de inicio de emergencia por ocurrencia de sequía severa, extrema o excepcional en cuencas para el año 2022”, ya que alrededor de tres cuartas partes de México se enfrentan a escasez de agua y falta de lluvias.

Hay mega sequías en distintos municipios de Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas.

Y para América Latina la OMM advierte: “La salud y el bienestar humanos se verán afectados negativamente, junto con los ecosistemas naturales. Es probable que la Amazonía, el noreste de Brasil, América Central, el Caribe y algunas partes de México experimenten un aumento de las condiciones de sequía, mientras que los impactos de los huracanes pueden aumentar en América Central y el Caribe’’.

Desafortunadamente, “Se espera un mayor impacto para la región pues los suministros de alimentos y agua se verán interrumpidos. Los pueblos y ciudades y la infraestructura necesaria para sostenerlos estarán cada vez más en riesgo. El cambio climático amenaza sistemas vitales de la región que ya se acercan a condiciones críticas bajo riesgo de daños irreversibles’’, remarca OMM.

México es un país sediento que se hunde en su propia sequedad, en la ineficiencia cuatrotera, en el encono del gobierno de Palacio Nacional contra las energías limpias y la lucha contra el cambio climático. Una población enardecida por la falta de agua, de alimentos y de servicios básicos, sí es de dar miedo. Ya lo vimos en Sri Lanka. Que conste.

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