Al presidente le dio flojera ir a la Asamblea General de la ONU. Ya sabemos que no le gustan esos foros, pensará que no merecen su presencia y tiene razón, nadie merece escuchar su discurso inocuo y lento como el que dio en Colombia que provocó tantos bostezos. Otros jefes de estado, como Lula y Petro sí aprovecharon para fijar su postura y hacer sus reclamos en tan importante tribuna. López Obrador no.
Putin tampoco fue a Nueva York porque tiene una orden de aprehensión de la Corte Penal Internacional por el secuestro de miles de niños ucranianos. La ONU lo señala por crímenes contra la humanidad y Zelensky de plano lo acusó de genocida. A pesar de ello, AMLO sí invitó a los rusos al desfile del 16/09 y dijo que los medios “hicieron un escándalo”. Más bien el escándalo se quedó chico frente al tamaño de la afrenta.
A la que sí vemos muy ocupada en la ONU en Nueva York es a la canciller Alicia Bárcena, se reunió con la presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja, con el titular del ACNUR Filippo Grandi a quien López Obrador le hizo la grosería de no recibirlo durante su última visita a México. Seguramente las reuniones han sido ríspidas por el número de homicidios en el país, las 115 mil desapariciones y la crisis migratoria que se está gestando. Bárcena también ha tenido varias bilaterales con sus homólogos, incluyendo al ucraniano Dmytro Kuleba, además de invitarla a Ucrania ¿se imaginan lo que le dijo?
Los que también se ven atareados son el embajador Juan Manuel Gómez Robledo, exsubsecretario de DDHH de la cancillería y Joel Hernández quien acaba de ocupar ese puesto. Por cierto, Martínez, quien es muy respetado en el campo de los DDHH, no se presentó al examen de México ante el Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada (CED) en Ginebra ni se conectó desde su computadora, ya que a petición de la misión mexicana se cambió el formato de la sesión y fue híbrida. Tampoco se conectó Encinas. Sorprendió la ausencia de ambos. Es evidente que Palacio Nacional tiene la intención de bajar el nivel de representación en la ONU. Si no se iban a conectar ¿para qué pidieron formato híbrido?, ¿para enviar un mensaje de desprecio a la ONU y a los familiares de las víctimas? Si eso quería AMLO. Vaya que lo logró.
El gran ausente en la ONU ha sido Juan Ramón de la Fuente, quien dejó su cargo como embajador antes de terminar su mandato. “Es una salida muy inoportuna para la Misión en Nueva York y por el momento que estamos viviendo en el país, pues falta un año para que entre un nuevo gobierno. Para asegurar que (De la Fuente) terminara su mandato como un embajador de alto nivel, debía terminar su gestión hasta el final del sexenio. Es muy inoportuno porque de aquí a que nombren a su sucesor, lo ratifiquen, se mude y llegue, pues va a pasar tiempo. Será alguien que va a ejercer el cargo por un tiempo muy reducido que no es lo deseable y menos para un puesto con esa relevancia’’, me dijo Jorge Lomónaco ex embajador de México en la ONU/Ginebra y en la OEA. “Dependiendo de quien sea, hay una curva de aprendizaje y para cuando se acabe de sentar en la silla y esté en control, pues ya se habrá terminado el sexenio. Además, a lo largo de los años, por el peso personal que tiene De la Fuente y por su experiencia, logró crear una zona que le permitía operar al margen de las ocurrencias de la mañanera y llevó a cabo su gestión con mucha dignidad, en parte porque tiene un gran equipo, pero también por su capacidad de poder ignorar o darle un giro a esas ocurrencias de manera que no fueran demasiado exhibidas y no generaron el ridículo que merecían por la forma en la que se manejaron en Nueva York y eso para quien llegue, si deciden nombrar a alguien, va a ser un reto enorme”, agrega.
Por los rumores que han circulado se llegó a pensar que De la Fuente sería el sustituto de Marcelo Ebrard o incluso que se iría a Gobernación. No obstante, el propio De la Fuente dijo que “se regresa a su cubículo de la UNAM”, es decir que pudiera dar la pelea para ser el próximo rector, pero dicen por ahí que la 4T no lo quiere en México porque ellos quieren tener esa joya de la corona.
El liderazgo de México en los foros multilaterales se va hundiendo en el pozo de la irrelevancia y el olvido. Bárcena ya se mimetizó con AMLO y cumple con sus designios en materia de política exterior. Es lamentable que no se haya tomado en cuenta la experiencia y el tamaño de Juan Ramón de la Fuente. Adiós Embajador. Esperamos verlo de regreso en la UNAM.
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