De Estados Unidos a Australia, pasando por Venezuela, un viento de revuelta recorre el fútbol femenino en los últimos días: las jugadoras toman la palabra para denunciar acoso y agresiones sexuales.
Después de Estados Unidos la semana pasada, y Venezuela el martes, este miércoles la Federación Australiana se comprometió a investigar las acusaciones de acoso sexual realizadas por antiguas integrantes de la selección nacional.
"¿Si fui acosada sexualmente? Sí. ¿Amedrentada? Sí. ¿Apartada? Sí. ¿Si vi cosas que me hicieron sentir incómoda? Sí", declaró al diario Sydney Daily Telegraph la atacante estrella de la selección, Lisa de Vanna, internacional en 150 ocasiones antes de retirarse el mes pasado.
La futbolista de 36 años declaró que había sido objeto de proposiciones inapropiadas en las duchas de los vestuarios e incluso de agresiones sexuales por parte de compañeros. De Vanna aseguró que era adolescente en la época y que no supo cómo gestionar la situación, pero que había roto su silencio porque “esto aún ocurre en todos los niveles y es hora de hablar”.
Otra exjugadora, Rhali Dobson, dijo que también había sido acosada en su juventud. “Muchos de estos problemas no se mencionan”, afirmó, desvelando que por su parte sufrió manipulaciones psicológicas con fines sexuales.
“El fútbol australiano adopta una postura de tolerancia cero contra toda conducta que transgreda las normas y los valores esperados de la gente involucrada en el juego”, reaccionó Football Australia, añadiendo que trabajaba con la agencia Sport Integrity Australia para iniciar una investigación independiente sobre el tema más amplio de los abusos en el deporte, cuando otros casos similares ocurren en otras disciplinas como la gimnasia y la natación.
“Romper el silencio”
En Estados Unidos las acusaciones de agresiones sexuales sacuden desde la semana pasada la Liga Femenina Estadounidense de Fútbol (NWSL), cuya comisionada dimitió.
Después del entrenador Paul Riley, despedido por el North Carolina Courage luego de las acusaciones de abusos sexuales lanzadas por jugadoras de su antiguo club, el Portland Thorns, un segundo técnico, Richard Burke, fue despedido por el Washington Spirit, tras una investigación de la NWSL sobre acusaciones de acoso verbal y moral.
El presidente del Washington Spirit, Steve Baldwin, muy criticado por la gestión del escándalo, dimitió el martes.
Todos los partidos programados el pasado fin de semana en Estados Unidos quedaron suspendidos. Y la FIFA anunció el viernes que también abría una investigación.
En Venezuela, Denya Castellanos, delantera del Atlético de Madrid, que estaba entre las tres mejores jugadoras del mundo en 2017, publicó en redes sociales un texto firmado por 24 futbolistas, en el cual desvelan que “una de nuestras compañeras nos confesó que había sido abusada sexualmente desde los 14 años por el entrenador”, unos hechos que se remontan a 2014.
“Hemos decidido romper el silencio para evitar que las situaciones de abuso y acoso físico, psicológico y sexual ocasionadas por el entrenador de fútbol Kenneth Zseremeta tomen más víctimas en el fútbol femenino y en el mundo”, añade el texto.
Bajo el mando de Zseremeta, quien dirigió distintas categorías de la Vinotinto femenina entre 2008 y 2017, Venezuela ganó dos veces el Campeonato Sudamericano Sub-17 y clasificó tres veces al Mundial de la categoría, alcanzando las semifinales en las ediciones de 2013 y 2016.