“Estoy en la recta final y no me voy a rendir”. Pese a que Brenda Cortez tenía tres hijos que la motivaban a salir adelante, la meningitis que contrajo tras dar a luz a la más pequeña, hace un par de meses, le arrebató la vida.
La mujer, de 37 años de edad, falleció este sábado en el Hospital General 450 de Durango y era una de las decenas de pacientes de meningitis que son atendidas actualmente en el estado.
Fue el pasado 21 de octubre cuando Brenda, quien se desempeñaba como psicóloga del Centro de Atención y Desarrollo Infantil (CADI) campus “Tierra y Libertad”, decidió escribir un pequeño texto mientras luchaba contra el hongo Fusarium solani, después de semanas sin saber que padecía.
“Había una vez una mamá pez que enfermó desde el día siguiente que dio a luz a una hermosa pececita. Solo sintió dolor físico, día y noche y no entendía por qué, cuidaba de ella como podía, sola en casa por las mañanas, hasta que llegaba papá pez y sus hermanos pececitos.
Le daban de comer y le ayudaban a mamá a cuidar de ella, pero mamá no estaba bien siempre lloraba de dolor, creían que tenía depresión pezparto, porque ya no era ella, no sonreía, no tenía energía para salir a nadar y siempre estaba encerrada a oscuras en su habitación”, escribió.
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A través de la escritura, Brenda pudo explicar a su familia cómo fue padecer meningitis, enfermedad que ningún doctor lograba identificar. “Papá pez la llevó a infinidad de doctores, pero nadie sabía que tenía, la internaban y nada, ella seguía llorando de dolor”, relató.
La mujer agradeció en el cuento el apoyo de su esposo y de sus hijos, asegurando que en ningún momento la dejaron sola, dándole ánimos cada día y acompañándola en el proceso.
Pese a que Brenda recibió un tratamiento para luchar contra el hongo, su sistema nervioso no resistió. “Terminó la pesadilla”, escribió a finales de octubre.
Durango suma 21 muertes y 70 casos confirmados por meningitis micótica. El brote comenzó hace unos meses en la entidad, a raíz de procedimientos de anestesia a los que pacientes se vieron sometidos en diversos tratamientos quirúrgicos.
Las autoridades investigan si la contaminación —con la que se contrajo la bacteria— se produjo en la producción, el almacenamiento o la aplicación de la anestesia.
Actualmente se da seguimiento a más de dos mil 400 expedientes, que corresponden a pacientes que están bajo observación para determinar si presentan o no síntomas de la enfermedad. RM
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