La normalización del uso de armas por parte de civiles en Estados Unidos ha dejado varias consecuencias mortales; un reciente estudio publicado en BMJ Journals muestra que las muertes atribuibles a armas de fuego han superado a las que ocurren debido a accidentes automovilísticos, que hasta entonces eran la principal causa.
Entre los hallazgos más destacados, los autores explicaron que a nivel general, la mitad de todas las muertes por armas de fuego durante 2018 estuvieron relacionadas con el suicidio, el cual fue recurrente entre hombres blancos mayores. Por su parte, cerca del 18% de los decesos estuvieron relacionados con homicidios, que representaron la mayor parte entre los hombres negros relativamente jóvenes.
Asimismo, las muertes atribuidas oficialmente a tiroteos policiales aumentaron de 333 en 2009 a 539 en 2018, aunque el estudio aclara que las cifras oficiales sobre tiroteos policiales no son del todo confiables.
Estos resultados fueron obtenidos a través del análisis de los datos de mortalidad recopilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos desde 2009. Y si bien en un inicio las muertes por accidentes automovilísticos superaban a las ocasionadas por armas de fuego, la tendencia comenzó a cambiar a partir del año 2018, cuando 39 mil estadounidenses murieron por armas de fuego frente a los 38 mil que perecieron en accidentes vehiculares.
“Aunque las muertes por choques de vehículos motorizados solían ser la principal causa individual de muerte traumática, las armas de fuego ahora la han superado”, escribieron los autores.
Tras esta conclusión, los investigadores calcularon los años de vida potencial perdidos por las armas de fuego. En 2017, el equipo calculó que 1.44 millones de años de vida se perdieron por armas de fuego, en comparación con 1.37 millones de años perdidos por los automóviles, pero la cifra creció aún más el año siguiente.
Tanto las armas de fuego como los accidentes están entre las principales causas de muerte en Estados Unidos, y los autores auguran que las cifras en ambos rubros seguirán subiendo, toda vez que desde el inicio de la pandemia se ha reportado un aumento en la conducción arriesgada y en los tiroteos. Por este motivo, sugieren aumentar las acciones para reducir los daños ocasionados por las armas desde el gobierno.