La tragedia se repitió con los mismos elementos. Al menos 41 migrantes de origen africano —entre los que se cuentan tres niños— podrían haber muerto después de que la embarcación en la que estaban, naufragara en el Mediterráneo.
Hasta el momento únicamente cuatro personas han sido rescatadas del desastre que comenzó la semana pasada. Se trata de un menor no acompañado de 13 años, una mujer y dos hombres, quienes informaron que el barco partió de Sfax, Túnez, hace varios días, con el objetivo de llegar a Europa, específicamente a Lampedusa, la isla italiana más cercana a África, que además es un destino importante para los migrantes que buscan ingresar a los países de la Unión Europea.
Sin embargo, la embarcación de metal volcó debido al mal tiempo en la madrugada del viernes.
“Esto demuestra la absoluta falta de escrúpulos de los traficantes que, de esta forma, exponen a los migrantes y refugiados a altísimos riesgos de muerte en el mar”, denunciaron las agencias de la ONU para los refugiados (Acnur), la infancia (Unicef) y las migraciones (OIM).
Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, culpó a Túnez del creciente número de inmigrantes.
En los últimos años, los traficantes de personas se han convertido en un problema tanto para los países europeos como para los migrantes. Una de las prácticas más comunes es usar embarcaciones ligeras, las cuales parten con más personas a bordo de las que pueden transportar, lo que ha originado que aumente el número de naufragios. En este caso, las autoridades encontraron que la barca utilizada medía aproximadamente siete metros, en los cuales subieron a los 45 migrantes.
Según información de la propia OIM, más de mil 800 personas han muerto haciendo esa ruta en lo que va de año, y la cifra podría elevarse a casi mil 900. Esto supone más del doble que en el mismo periodo de 2022, dijo Flavio di Giacomo, que recordó que probablemente se trata de una estimación a la baja.
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