Mueren 80 rebeldes sirios tras ataques atribuidos a Rusia

29 de Noviembre de 2024

Mueren 80 rebeldes sirios tras ataques atribuidos a Rusia

Desde marzo, hay vigente un alto el fuego pese a enfrentamientos esporádicos en esta región cercana a la frontera turca

BEIRUT, Líbano.- Cerca de 80 rebeldes sirios proturcos murieron el lunes en ataques atribuidos a Rusia contra su campo de entrenamiento en Idlib, en el noroeste de Siria, en la escalada más mortífera en esta región en ocho meses.

En la complicada guerra en Siria, Rusia ayuda militarmente al régimen de Bashar al Asad y Turquía apoya a grupos rebeldes en la provincia de Idlib, el último gran bastión yihadista y rebelde en el noroeste del país.

Ambas potencias extranjeras negociaron varias veces unas frágiles treguas para esta zona. Desde marzo, hay vigente un alto el fuego pese a enfrentamientos esporádicos en esta región cercana a la frontera turca.

Los ataques aéreos, atribuidos a Moscú por un responsable rebelde y por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), alcanzaron un campo de entrenamiento de Faylaq al Sham, en la región de Jabal al Duayli, en el norte de la provincia.

Según un último balance de esta oenegé, “78 combatientes” murieron en los bombardeos y unos 90 resultaron heridos. Pero podría agravarse, ya que algunos heridos se encuentran “en un estado crítico”, declaró el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

“El más elevado”

“Este balance es el más elevado desde la entrada en vigor de la tregua” en Idlib, indicó Abdel Rahman. Decenas de combatientes se encontraban en el campo en el momento de los ataques.

Seif al Raad, un portavoz del Frente Nacional de Liberación, una coalición de grupos rebeldes afiliados a Turquía del que forma parte Faylaq al Sham, confirmó a la AFP bombardeos rusos que causaron “muertos y heridos”.

El portavoz denunció “violaciones” de la tregua por parte de la aviación de Moscú y de las fuerzas del régimen con “posiciones militares, pueblos y localidades tomados como blanco”.

Alrededor de la mitad de la región está bajo control de los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), exrama siria de Al Qaida presente igualmente en zonas de territorios adyacentes en las provincias vecinas de Latakia, Hama y Alepo.

La tregua adoptada en marzo había detenido una enésima ofensiva del régimen, que en poco meses logró arañar algo más de los territorios que estaban fuera de su control.

La ofensiva, marcada por bombardeos casi diarios de las aviaciones siria y rusa, se cobró la vida de al menos 500 civiles, según el OSDH.

Igualmente desplazó a cerca de un millón de habitantes, instalados desde entonces en campos informales en la frontera con Turquía. Entre ellos, cerca de 235 mil personas eligieron regresar aprovechando la tregua, de acuerdo con la ONU.

Negociaciones atascadas

La ofensiva de Idlib era entonces el principal frente de la guerra en Siria, pues el régimen logró recuperar el control de más del 70% del territorio, con la ayuda militar de Rusia, Irán y el Hezbolá libanés.

Desencadenada en 2011 por la represión de manifestaciones prodemocracia, la guerra siria se complicó con los años con la implicación de potencias extranjeras y grupos yihadistas.

El conflicto provocó más de 380 mil muertos y varios millones de desplazados.

Las negociaciones de paz entre el régimen y la oposición, auspiciadas por la ONU, se encuentran actualmente en punto muerto.

El enviado especial de la ONU, Geir Pedersen, se reunió el domingo en Damasco con el jefe de la diplomacia siria, Walid Muallem, tras lo cual declaró que espera “encontrar un terreno de entente sobre cómo hacer avanzar el proceso” político.

El responsable encadena, sin éxito hasta ahora, los encuentros con el régimen sirio y con figuras de la oposición, así como responsables en Moscú y Ankara.