Larga vida a la reina

23 de Diciembre de 2024

Larga vida a la reina

Con una vida llena de eventos históricos, esta tarde se marchó la última gran monarca del Reino Unido, cuyo reinado se convirtió en el segundo más largo jamás registrado

El fin de una era ocurrió este jueves. A las 18:30 horas de Londres, se anunció a sus súbditos y al mundo: La reina Isabel II, ha muerto.

“La reina murió en paz en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana”, informó de manera oficial el Palacio de Buckingham.

La mujer de 96 años, que reinó por 70 años y 214 días, ya no aparecería más en los eventos de la monarquía, tampoco se reuniría con los personajes políticos globales más importantes ni mucho menos daría estabilidad al Reino Unido. A partir de ahora, lo hará su hijo, el rey Carlos III.

Murió en su habitación del castillo de Balmoral, su casa de verano y donde ella decía ser más feliz, ahí permaneció sus últimos 49 días. En cuanto los médicos convocaron a la familia, llegaron a toda prisa, pero no todos estuvieron alrededor de ella cuando estaba aún con vida; sólo su hijo Carlos de Gales, su hija la princesa Ana así como su nieto, el príncipe William la acompañaron.

A partir de ese momento, se seguirá el protocolo riguroso. El respeto de los símbolos británicos, los honores que le rendirá su familia sumado al de los personajes más poderosos del mundo, y el reconocimiento de sus súbditos. La única reina que la mayoría del mundo ha conocido, ya que llegó a los 25 años al trono, su coronación fue la primera en ser televisada en 1953, así como fue la primera monarca que envió un correo electrónico.

El peso de la corona

Elizabeth Alexandra Mary nació el 21 de abril de 1926 en Londres; fue la hija mayor de los duques de York, que posteriormente ascendieron al trono como los reyes Jorge VI e Isabel I.

A los 21 años contrajo matrimonio con Felipe de Mountbatten, príncipe de Grecia y Dinamarca, recibiendo el título de duques de Edimburgo.
Su primer hijo, el ahora rey Carlos III, antes príncipe de Gales, nació un año después de celebrado el matrimonio, era el año de 1948. Dos años más tarde, recibieron a su segunda hija, la princesa Ana.

Ya en el trono, la pareja real tuvo dos hijos más: Andrés, reconocido como duque de York que nació en 1960, y Eduardo, conde de Wessex, cuatro años más tarde.

Esos son los datos básicos de la biografía de una mujer que desde joven fue responsable, obediente y respetuosa de las costumbres británicas, así como del valor de la monarquía.

Nunca imaginó que debía iniciar su reinado tan joven. Tras morir su padre en 1952, fue ungida al año siguiente, convirtiéndose en jefa de la Mancomunidad de Naciones y reina de los países que pertenecían a ésta.

Decidió llamarse Isabel II, y muchas semanas antes de la ceremonia, se colocaba la corona en el desayuno para acostumbrarse a su peso de poco más de 1 kilogramo, debido a sus 2,868 diamantes incrustados.

Fue coronada en una ceremonia en la antigua abadía de Westminster, después de ser ungida con aceite sagrado. Y entonces asumió que la realeza era un deber sagrado y permanente, algo que nunca olvidó ni permitió que su familia lo hiciera.

La segunda guerra mundial

Previo a su coronación, la vida de la monarca estuvo repleta de acontecimientos históricos. En marzo de 1945, poco antes de terminar la Segunda Guerra Mundial y con sólo 19 años, ingresó al Servicio Auxiliar de Transporte como segunda teniente, lo que la convirtió en la primera integrante de la familia real en alistarse a las Fuerzas Armadas a tiempo completo y conducir sus camiones.

Culminado el conflicto bélico, las consecuencias que dejó detrás afectaron también el papel de la corona británica, y relegaron su participación política a un carácter más simbólico. Sin embargo, la reina Isabel II mantuvo la idea de unificación de la Corona y para eso trabajó, hasta sus últimos días.

A pesar del proceso de descolonización iniciado en la década de 1960, mismo que se ha prolongado hasta nuestros días, Isabel II viajó por todas las colonias británicas para estrechar vínculos entre la realeza y la ciudadanía de la monarquía; sin importar razas, creencias o cultura.

Desde Churchill hasta Truss

Como jefa de Estado, Isabel II vio pasar a 16 primeros ministros del Reino Unido, siendo Winston Churchill el primero, y la última hace pocos días, Elizabeth Truss, luego de la renuncia de Boris Johnson al cargo.
En la lista de los ministros aparecen nombres de suma importancia en el ámbito político internacional, como Margaret Thatcher, Tony Blair, Theresa May y Harold Wilson, que aseguran, fue el que más le agradaba.

Atestiguó la gestión de ocho presidentes estadounidenses y cinco papas, así como grandes eventos históricos como la caída del Muro de Berlín en 1989, la llegada del hombre a la luna en 1969, los momentos más críticos de la Guerra Fría, la nueva era de los conflictos bélicos con la Guerra del Golfo y la aparición del terrorismo, hasta la pandemia de Covid-19.

Además del proceso de descolonización de África y el Caribe que enfrentó a lo largo de su reinado, Isabel II fue testigo de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, en el famoso Brexit impulsado por Boris Johnson a inicio del año 2020.

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De acuerdo con el sitio oficial de la monarquía británica, el papel de la reina es de “una figura clave en la aplicación de la ley y el establecimiento de sistemas legales en diferentes áreas del Reino Unido”.

A pesar de no administrar la justicia de manera práctica, “conserva un papel simbólico como la figura en cuyo nombre se lleva a cabo la justicia”.

Desde eventos de beneficencia hasta recepción de jefes de Estado, la monarca realizaba con respaldo de la familia real, actos conmemorativos y de celebración frecuentemente. Al momento de su fallecimiento, Isabel II fungía como patrona de más de seiscientas organizaciones benéficas y de caridad dentro de la Mancomunidad de Naciones que encabezó.

Aunque transitó por tantos momentos críticos que fueron cambiando el mundo, la Reina Isabel, que no gustaba de dar declaraciones, alguna vez definió como uno de sus peores años el de 1992, al que llamó su “annus horribilis”. Fue justo cuando Diana y Carlos se separaron, y su castillo favorito de Windsor resultó gravemente dañado por un incendio.

Pero hubo otros dos años más, personalmente difíciles para la Reina. El de 2019, cuando un escándalo sexual rondó al Príncipe Andrew, y ella misma se vio envuelta en la definición del Brexit. Sobre esto no dijo nada pero se hizo saber que estaba muy molesta, ya que la Corona había sido arrastrada a la política. El último momento, la muerte de su esposo.

La vida tras la muerte de Felipe

Si bien su reinado estuvo salpicado de diversos problemas, las complicaciones para la monarca se intensificaron en abril de 2021. Tras 74 años de matrimonio con Isabel II, Felipe de Edimburgo falleció a la edad de 99 años; siendo el consorte británico con más años de servicio.

Tras una serie de complicaciones médicas propias de su edad, la pareja de toda la vida de la reina, a quien llamó “fortaleza y sostén”, falleció en el castillo de Windsor. Debido al confinamiento por la pandemia de Covid-19, las celebraciones del funeral se dieron con un reducido grupo de asistentes, dejando a Isabel II prácticamente sola en este trance.

Para entonces, la salud de la reina parecía empeorar debido a complicaciones por su edad. Meses más tarde, el Palacio de Buckingham anunció que Isabel II se había contagiado de Covid, enfermedad que superó a los pocos días.

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Sus tareas y deberes reales no fueron suspendidos, por el contrario, continuaron y se extendieron, adoptando una tarea especial, animar al Reino Unido para no vencerse por la Covid-19.

A finales de 2021, se filtró la noticia de que había sido sometida a una intervención quirúrgica de la que no se dieron detalles, pero tan sólo pocos meses después, comenzó a aparecer en los eventos públicos con bastón e incluso llegó a abandonar prematuramente importantes celebraciones como su Jubileo de Platino este año, con el objetivo de recuperar fuerzas.

Apenas este martes recibió en el palacio de Balmoral a la nueva primera ministra Elizabeth Truss después de su nombramiento. Esta acción alertó tanto a británicos como al mundo, al tratarse de una ruptura del protocolo, ya que este nombramiento tradicionalmente se realizaba en Londres. De nueva cuenta, se argumentaron motivos de salud que no fueron especificados en su momento.

Dos días después moría la Reina, exactamente a las 14:00 horas de Londres y se anunciaría cuatro horas y media después. Su cuerpo permanecerá en Balmoral, y el viernes regresará a Londres para su ceremonia fúnebre que durará 11 días.

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