Tras decenas de años de trayectoria y aportaciones a la historia mesoamericana, el historiador Enrique Florescano Mayet falleció a sus 85 años de edad, sin que hasta el momento se conozca la causa. Su muerte fue notificada este lunes por autoridades culturales y universitarias.
Fue el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Pietro, quien informó sobre el deceso de Florescano a través de Twitter.
“Con muchas tristeza me entero de la muerte Enrique. Se va el gran historiador del México de todos los tiempos, un buen amigo y un gran director del INAH y de la DEH”, escribió.
Instituciones como la Universidad Veracruzana, a la que ingresó en 1956 para estudiar la carrera de Derecho, y el Colegio de México, en donde estudió para obtener la Maestría en Historia y posteriormente recibió de ella el Premio Alfonso Reyes, también emitieron su pésame por la muerte de Florescano.
Florescano formó parte de la Junta de Gobierno de su primer casa de estudios —entre 2005 y 2010— y fue condecorado con el Doctorado honoris causa en 2002. “Sus esfuerzos y aportaciones dejan honda huella en la comunidad universitaria”, expresaron.
Trayectoria
Obtuvo el grado de doctor en la Escuela Práctica de Altos Estudios de la Universidad de París. En 1968, tras conseguir su doctorado, el historiador se incorporó como investigador de tiempo completo en el Centro de Estudios Históricos del Colegio de México.
Entre 1970 y 1973 fue director de la revista Historia Mexicana, pero en febrero de 1977 destacó por su integración a la Dirección de Estudios Históricos (DEH) como titular del departamento. En 1982 obtuvo el cargo más alto dentro del INAH, al convertirse en el director de la dependencia.
Su vida estuvo dedicada a la historia mexicana y, sobre todo, al desciframiento de la mitología mesoamericana desde varios enfoques. Según relató el mismo Florescano, una de las etapas de su vida más “fructíferas y felices” fue aquella en donde contó con la amistad y colaboración de personajes como Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco y Héctor Aguilar Camín, entre otros.
Algunos de los premios que recibió durante su trayectoria son la presea Miguel Othón de Mendizábal del INAH, en 2000; el premio Francisco Javier Clavijero, en 2003; o la orden de Las Palmas Académicas, de Francia, en 1982. RM
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