Las nuevas generaciones no tendrán que padecer lo que muchos de los adultos y jóvenes atraviesan a partir de los 15 años de edad o al llegar a los 20: el dolor de los terceros molares, mejor conocidos como muelas del juicio. De acuerdo a una investigación, menos bebés están naciendo sin ellas gracias a la evolución.
Aunque actualmente el 10% de la población nace sin ellas, nuevos estudios indican que este porcentaje podría incrementar conforme el paso del tiempo, evitando así que un gran número de personas tenga que someterse a cirugías de extracción cuando presentan complicaciones, o incluso que padezcan problemas de apiñamiento de otros dientes.
A finales de 2020, el investigador Teghan Lucas de la Universidad de Flinders, en Australia, explicó que la humanidad está evolucionando a un ritmo más rápido, eliminando valores atípicos de la genética que no son de utilidad en la actualidad.
De acuerdo a Teghan, uno de estos cambios ha sido evidenciado por los bebés, quienes nacen con caras más cortas y bocas más pequeñas que tienen menos espacio para que crezcan los dientes; por lo que los terceros molares no aparecen.
“Hemos aprendido a usar el fuego y a procesar más los alimentos, por lo que mucha gente está naciendo sin las muelas del juicio. Esto es lo que llamamos una ‘microevolución’”, agregó.
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No obstante, algunos profesionales de la salud indican que no hay pruebas de que el cráneo sea cada vez más pequeño, y refieren que simplemente se trata de un cambio en el desarrollo de los maxilares que ha podido observarse en nuevas generaciones.
Aunque los terceros molares eran de gran utilidad en las primeras formas de vida humana—razón por la que los homínidos poseían mandíbulas más largas—, la evolución y el proceso de los alimentos ha provocado que las personas ya no necesiten de ellas para comer.
Es por eso que en la actualidad muchas personas presentan dificultades cuando los terceros molares emergen, provocando en la mayoría de los casos dolores intensos y obligando a las personas a extraerlas —un procedimiento que, en México, suele costar 10 mil pesos o más—.
En otros casos, extraer los terceros molares es un requisito necesario para someterse a un tratamiento de ortodoncia, aunque depende de la posición en la que las muelas del juicio vayan a “salir”. ¿La razón? pueden provocar que los dientes que se busca enderezar vuelvan a su posición original ante la falta de espacio. RM
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