Movilidad, reflejo de la desigualdad de género

20 de Diciembre de 2024

Movilidad, reflejo de la desigualdad de género

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Incluso en las grandes ciudades, las mujeres tienen menos acceso a vehículos particulares, y acostumbran caminar más que la población masculina

Alrededor de todo el mundo, las formas de transportarse presentan grandes diferencias, pero según un estudio publicado en Springer Link, incluso esta actividad se ve afectada por los roles de género.

Acorde al análisis, la población masculina tiene mayor acceso a automóviles privados que las mujeres, incluso cuando se trata de profesionales. Asimismo, los viajes que realizan los hombres llegan más lejos dentro de las ciudades.

En contraste, los trayectos de muchas de las mujeres dependen en mayor medida del transporte público u otros medios como los recorridos a pie, aunque pueden igualar la distancia recorrida por la población masculina.

La investigación atribuye la desigualdad en todos los modos de transporte a los roles que se esperan de las mujeres, ya que tradicionalmente se espera que se hagan cargo del hogar y el cuidado de los hijos, lo que cambia sustancialmente sus necesidades de movilidad y forma de hacerlo.

El estudio fue realizado en las urbes de Accra, Kisumu, Ciudad del Cabo, Delhi, Melbourne, Londres, Berlín, Colonia, Hamburgo, Múnich, Zúrich, Buenos Aires, Sao Paulo, Santiago, Bogotá, Ciudad de México, Chicago, Los Ángeles y Nueva York, y de los tres modos de transporte que fueron examinados (caminar, transporte público y ciclismo), el ciclismo mostró la mayor variación entre las ciudades.

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En un nivel general, las mujeres tienen la mitad de probabilidades que los hombres de andar en bicicleta, siendo Accra, en Ghana, y Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, las ciudades con menos del 1% de población femenina haciendo uso de este medio de transporte. Por el contrario, cuatro ciudades alemanas registraron índices de 14 a 15% para ambos sexos.

En el caso del uso de bicicleta, una de las razones es la falta de infraestructura segura, lo que genera mayor aversión entre las mujeres, y se comprueba en el caso de Alemania, donde se destina mayor presupuesto a la seguridad y accesibilidad de las vías para ciclistas.

Otro de los motivos recae en las normas sociales de cada ciudad, toda vez que en comunidades conservadoras se considera que el ciclismo es una actividad masculina, algo que empeora en entornos donde las mujeres tienen restricciones sociales para viajar solas, como Karachi, Pakistán.

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