Monty Phyton y el Santo Grial de Brexit

15 de Abril de 2025

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

Monty Phyton y el Santo Grial de Brexit

En un gesto muy poco diplomático, el primer ministro holandés, Mark Rutte, comparó a su contraparte británica, Theresa May, con el caballero amputado de la película Monty Phyton y el Santo Grial, quien insiste en seguir la pelea a pesar de perder brazos y piernas.

La escena de la película va más o menos así: el Rey Arturo encuentra en su camino a un caballero que le exige enfrentarse en duelo para permitirle el paso. Comienza la pelea y rápidamente el caballero pierde un brazo. Arturo propone dar por concluido el duelo, pero su rival insiste en pelear con un solo brazo. De inmediato pierde el segundo brazo, pero en lugar de rendirse busca pelear chocando su cuerpo contra Arturo. Finalmente, pierde ambas piernas y aun así exige que la batalla debe continuar. Todo termina con el caballero sin brazos ni piernas proponiendo determinar un empate.

El señalamiento de Rutte buscaba destacar que, a pesar de las reiteradas derrotas ante el parlamento y las humillaciones ante la Unión Europea, May seguía y seguía, impulsando estoicamente su proyecto para Brexit. Lo que Rutte no entendió es que, a pesar de perder la mayoría de las votaciones que ha enfrentado en el Parlamento al respecto de Brexit, May estaba muy lejos de estar completamente derrotada.

La estrategia de May todo este tiempo ha sido muy simple: dejar pasar el tiempo, soportar todas las derrotas y humillaciones necesarias, pensando que, al final, los parlamentarios radicales o los escépticos tendrían que apoyarla por temor a un Brexit sin acuerdo o ante el riesgo de terminar atrapados indefinidamente dentro de la Unión Europea. Todavía el fin de semana pasado, y a pesar de que su proyecto sufriera su segunda derrota la semana pasada, el equipo de May negociaba los votos de los partidos irlandeses y los radicales proBrexit, pensando en promover una votación definitiva en algún momento de la última quincena de marzo.

Todo se derrumbó como un castillo de naipes el lunes por la mañana. Lo que May y su equipo no calcularon, irresponsablemente, fue que los procedimientos parlamentarios importan e importan mucho. El Presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, determinó que los precedentes históricos señalaban que no era posible someter una misma propuesta tres veces a votación. Game over. A pesar de que el gabinete de May debatió en la sesión del Parlamento e intentó revertir la decisión, en realidad estaban derrotados de antemano. Su propuesta no sólo carecía de consenso, de haber sido puesto a votación a pesar de los procedimientos, hubiera entrado en el terreno de la falta de legitimidad.

Ahora sí, la primera ministra, que a pesar de todo se mantenía firme en su apuesta por llevar la definición de Brexit hasta el límite del tiempo establecido, fijado para el 29 de marzo, setransformó en los hechos en el caballero mutilado de Monty Phyton que insiste en seguir la pelea y exige que al menos se proclame un empate.

Especialmente cruel resulta la comparación hecha por Rutte. No sólo evidencia la derrota de May, y con ella la de Reino Unido, sino el profundo ridículo que han hecho de sí mismos los negociadores y parlamentarios británicos desde junio de 2016. Si alguien compara tus decisiones con situaciones propias de Monty Phyton, comienza a preocuparte y en serio.

Lo peor de todo para el Reino Unido, es que el ridículo y la humillación están lejos de haber acabado. May no tiene otra opción que pedir una prórroga en las negociaciones a la Unión Europea, quienes ahora llevarán mano para determinar los plazos y establecer condiciones. Saben que que el gobierno de May difícilmente podrá ganar una votación en el corto plazo y que extender la negociación sólo tiene sentido si existen posibilidades de la convocatoria a elecciones generales. Lo que es claro es que el espectáculo delirante en que se ha transformado Brexit todavía nos va a deparar algunas sorpresas, humillaciones y ridículo, sobre todo ridículo.

@ja_leclercq

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