Cuando uno escucha el término ‘top model’ a nuestra mente vienen nombres como Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Gigi y Bella Hadid, Cindy Crawford y su hija Kaia Gerber, sin embargo, el culto a las modelos de carne y hueso podría estar en sus últimos suspiros debido al nacimiento de su competencia digital. Y es que, aunque nunca las veamos en una pasarela, modelos e influencers creadas de manera digital ya han trabajado para las firmas de moda más importantes. Un ejemplo de ello es Shudu, una modelo espectacular de raza negra creada en 2017 por el fotógrafo británico Cameron-James Wilson.
Lo que comenzó como un simple experimento de modelado en 3D inspirado en una muñeca llamada “Princesa de África”, resultó en uno de los mayores éxitos de la nueva era, pues la cuenta de Instagram de Shudu Gram, la primera súper modelo digital en el mundo, como lo dice en su perfil, ya alcanzó más de 63 mil seguidores gracias a que la firma cosmética de Rihanna, Fenty Beauty, que compartió una imagen de la diosa de ébano en su cuenta. La exótica modelo se une a la influencer virtual Miquela Sousa, que viste marcas como Chanel y Prada y cuyo perfil de Instagram tiene más de 500 mil seguidores, ambos casos han puesto sobre la mesa un nuevo debate: las marcas de moda se ahorran el sueldo de una modelo de carne y hueso, para pagar solo una simbólica cantidad a estos nuevos ídolos de la red.