‘Misogynoir’, la intersección entre la misoginia y el racismo

20 de Diciembre de 2024

‘Misogynoir’, la intersección entre la misoginia y el racismo

Misogynoir
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Mujeres negras de distintos sectores han hablado sobre lo difícil que es sobresalir en una sociedad en la que la misoginia y el racismo se unen: el Misogynoir

Hace 13 años se usó por primera vez el término misogynoir. Lo hizo la académica y feminista afroamericana Moya Bailey, quien lo empleó para describir la barrera a la que se enfrentan las mujeres negras en el mundo. Una mezcla de racismo y sexismo hace pensar a este sector de la población femenina que para sobresalir en cualquier ámbito necesitan esforzarse más de lo normal.

Moya Bailey lanzó la expresión poniendo énfasis en las manifestaciones de la cultura visual y los espacios digitales, en una época en la que las redes sociales empezaban a cobrar fuerza en una sociedad cada vez más digitalizada. Fue tal la fuerza con la que irrumpió el término que, con el paso del tiempo, se posicionó en el léxico de las mujeres, principalmente en las que padecen esta carga. El hashtag #Misogynoir se viralizó para denunciar casos en internet y mujeres negras destacadas en distintos rubros hicieron alusión al término, ya sea de manera directa o indirecta.

Irenosen Okojie

Una de las mujeres que más ha levantado la voz en este sentido es la escritora Irenosen Okojie. Originaria de Nigeria, la colaboradora de diarios como The New York Times está convencida de que las mujeres negras están sometidas a una “mayor exigencia”. Así lo declaró en una entrevista concedida al diario El País, en la cual no dudó en aseverar: “cuando eres negro o mestizo no puedes cometer un error”.

Misogynoir. Speak Gigantular es un libro de Okojie que contiene cuentos surrealistas que versan sobre el amor y la soledad.
Speak Gigantular es un libro de Okojie que contiene cuentos surrealistas que versan sobre el amor y la soledad / Foto: Especial

Y esto se multiplica si eres mujer, sostuvo la escritora que desde los ocho años vive en Londres, ciudad en la que ha sabido destacar por su talento en la escritura. Sin embargo, es precisamente en la literatura en donde dice encontrar un claro ejemplo del misogynoir.

Irenosen Okojie ha cuestionado en varias oportunidades el hecho de que en libros sobre ciencia ficción, por citar un ejemplo, no hay hombres, ni mucho menos mujeres, que asuman roles de médicos, científicos o patinadores. En este sentido, lamenta que sólo este tipo de relevancia la tengan en literatura enfocada en la migración.

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Es por ello que en sus libros la nigeriana trata de impulsar lo que llama la “amplitud del arte negro”. Que personajes negros sean protagonistas no solo de obras sobre migración, sino que también aparezcan como punta de lanza en textos de otros géneros. Como parte de esta lucha personal, Irenosen Okojie es la impulsora del Festival Afrofuturista.

Misogynoir es el resultado de la unión de las palabras francesas misogynie (misoginia) y noir (negro); se traduce al español como “misoginia negra”

Es fundadora y directora de esta expresión cultural que está dirigida a “todo público” pero con la fija intención de promover el arte de creadores negros de ciencia ficción. Desde ese peldaño, la escritora defiende la idea de que las mujeres negras deben olvidarse se “querer encajar” en la sociedad. Asegura que es necesario erradicar este pensamiento y hacer valer el talento que se posee sin dar ese “extra” que es pedido socialmente.

Black Lives Matter, un presidente ‘trumpiano’ y Black Panter

Durante su plática sobre misogynoir con El País, Irenosen Okojie hizo referencia al Black Lives Matter, movimiento que surgió tras el asesinato de George Floyd como consecuencia de la excesiva fuerza policial en una detención el 25 de mayo de 2020.

La autora de libros como Butterfly Fish y Grace Jones aseguró que es “triste” saber que fue necesario que pasara algo como lo ocurrido en en Mineápolis, Minnesota, para “humanizar” a los negros. Como si se tratara de una conexión inevitable, al hablar de Estados Unidos Irenosen Okojie evocó a Octavia Butler (1947-2006), la escritora negra nacida en Pasadena, California, que destacó en el género de la ciencia ficción.

Pintura dedicada a George Floyd.
Pintura dedicada a George Floyd / Foto: AFP

La nigeriana recordó que Octavia Butler “predijo un presidente trumpiano”. Y es que en su novela La parábola de los talentos (publicada en 1998), la estadounidense anticipó que su país tendría en un futuro un presidente muy similar al magnate republicano.

Por otro lado, también habló sobre el fenómeno que provocó Black Panter. Advirtió que dicha película “rompió barreras, todos los públicos” la vieron. Y negó que, al tratarse de un filme comercial, el mensaje se tergiversara. “La ficción siempre había sido muy blanca. Fue un fenómeno global y creo que eso abrió realmente el espacio”.

Otras combatientes del Misogynoir

Octavia Butler, destacada escritora de ciencia ficción, “predijo un presidente trumpiano”.
Octavia Butler, destacada escritora de ciencia ficción / Foto: Especial

Igual que Irenosen Okojie hay otras mujeres negras que padecen la misoginia negra. Como Nayila Ortíz Ayala, etnoeducadora, feminista y activista afrocolombiana; Francia Márquez, vicepresidenta de Colombia; y Gisell Carabalí, mujer negra antirracista, creadora de contenido y estudiante de sociología. Las tres, desde su posición, han repudiado el misogynoir.

La misoginia afecta el libre desarrollo de mi personalidad pues mi perspectiva de la realidad se ha construido a partir de acciones violentas que he vivido. El miedo a la calle, a estar sola con un hombre, cómo saludar de la mano a un hombre, cómo verme, etcétera. Ya hacen parte de cómo me relacionó, o sea la misoginia integró rasgos en mi personalidad e identidad de mujer negra”, ha señalado Nayila para condenar esta situación.

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Aunque desde el poder y la esfera política también hay voces disidentes en Colombia. Como la de Francia, quien en alguna ocasión aseguró que aquellas mujeres negras que logran llegar a un cargo de relevancia, sea cual sea el ámbito, son vistas como “las negras que nunca debieron estar ahí”.

Mientras que Gisell ha señalado que conforme crecía se dio cuenta de que “para poder obtener mis cosas debía luchar el doble y (…) soportarlo todo”.

Ejemplos sobran. Quizá lo necesario, y tal vez urgente, es hacer lo que propone Cocodreams-Coco, integrante de la revista guatemalteca y feminista Volcánicas: “transformar estas experiencias y hacer de ellas una ruta de emancipación”. Irenosen Okojie y todas las mujeres, y hombres, de todos los tonos de piel lo necesitamos como sociedad.

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