Luis León
Todavía no se conocían los términos del primer encuentro entre representantes de México y Estados Unidos, ni siquiera si éste había concluido, y Donald Trump y su equipo, en un acto de rudeza innecesaria por su forma y alcances, se adelantaron haciendo público el marco en el que ellos mantendrán las discusiones con México.
Este miércoles, muy temprano, los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, Luis Videgaray e Idelfonso Guajardo, respectivamente, comenzaron las reuniones con representantes de la Casa Blanca para definir el formato de la primera reunión de trabajo que, en cinco días, sostendrán en Washington D.C., los presidentes Enrique Peña Nieto y Trump.
Mientras se desarrollaba esta reunión, ejecentral obtuvo información de que Peña Nieto ponderaba junto con Videgaray, la posibilidad de cancelar la reunión con el mandatario estadunidense, debido a que justo en el contexto de ese primer encuentro, anunciaría la construcción del muro. Al cierre de esta edición, no existía información oficial sobre los resultados de esta cita.
Al mediodía, sin que se estableciera públicamente si la reunión entre los representantes de ambos países había concluido, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, en conferencia de prensa sobre migrantes ilegales aseveró: “los vamos a perseguir”.
Media hora más tarde, Trump anunciaba la firma de dos órdenes ejecutivas, en una de ellas dispuso inmediatamente la construcción del muro fronterizo que incluye el acelerar las deportaciones y la segunda sobre la “eliminación” de las ciudades santuario de la migración.
Con la firma de esos decretos, aseguraba que Estados Unidos pretende reinstaurar el imperio de la ley. “Vamos sacar a las pandillas, pandilleros y a líderes pandilleros… a partir de hoy Estados Unidos retoma el control de sus fronteras”.
Su lenguaje no fue tan beligerante como en otras ocasiones al referirse a la construcción del muro, incluso reiteró su acercamiento con México hasta llamarle amigo y asegurar que el levantamiento de esa muralla permitiría “mejorar nuestras relaciones a un punto nunca antes visto, nuestra relación con México va a mejorar”.
Afirmó también que ansía reunirse con el Presidente mexicano la próxima semana, ya que habrá mejoras de seguridad tanto en Estados Unidos como en México. “En coordinación estrecha, vamos a desmantelar a los carteles de la droga, evitar el flujo de dinero a México. Es algo que tenemos que detener, vamos a salvar vidas en ambos lados de la frontera”.
“Una economía fuerte en México es algo bueno para México… Estos dos decretos ejecutivos, salvarán vidas, trabajos y millones de dólares, es parte de una reforma migratoria, trabajaremos con nuestros amigos de México”, expresó Trump en medio de aplausos.
Aunque en su discurso incluyó frases como “los policías van a sacar a la gente que es un riesgo para la seguridad” o “estamos en medio de una crisis en la frontera sur, por la migración ilegal que está perjudicando la relación con México”.
Sin embargo, el contenido de ambas órdenes ejecutivas, por sus efectos para México, al ordenar que tome el control operativo de toda la frontera sur, incluyendo las instalaciones migratorias, al general John Kelly, secretario de Seguridad Nacional, e instruirlo para “la construcción inmediata el muro fronterizo” y facilitar las expulsiones de migrantes ilegales, mostró el marco en el que Estados Unidos llevará la relación y el diálogo con nuestro país.
Así comenzó el diálogo sobre la posible renegociación del acuerdo comercial con aquel país con un presidente estadunidense echado para adelante y que aprovechó nuevamente para criticar a los medios de comunicación que, dijo, “han cerrado los ojos ante los crímenes que se han perpetrado por los migrantes ilegales y eso se debe a una política de fronteras abiertas”.
La “letra chica” de los decretos
El endurecimiento de la política migratoria en la frontera con México prevé el uso de recursos materiales, humanos y económicos para construir, operar, controlar o establecer contratos inmediatamente para edificar a lo largo de la frontera centros de detención de migrantes.
En la sección treceava de la orden ejecutiva presidencial instruye con calidad de “alta prioridad” al procurador peneral de aquel país a tomar todas las medidas apropiadas y la asignación de recursos necesarios para que los fiscales federales aceleren los enjuiciamientos y procesamientos de delitos que tengan que ver con la frontera con México. Este lindero tiene tres mil kilómetros de extensión, a lo largo de él hay mil 50 kilómetros de muros y vallas que separan a ambos países.
En la sección novena de la Orden Ejecutiva: Seguridad Fronteriza y Mejoras a la Aplicación de la Inmigración, el presidente estadunidense mandata a todas las instancias de su gobierno a identificar y cuantificar todas las fuentes de ayuda o asistencia federal directa e indirecta al gobierno de México anualmente durante los últimos cinco años; para ello, cada sujeto obligado tendrá 30 días para hacer entrega de la información que resulte de la presente solicitud ejecutiva al secretario de estado, este a su vez tendrá como plazo máximo 60 días para presentar un informe al presidente Trump, el consolidado de información deberá reflejar los niveles de la ayuda y asistencia que se ha proporcionado a nuestro país durante los últimos cinco años.
El diario Los Angeles Times publicó el borrador del Acuerdo Ejecutivo Protección de la Nación de Ataques Terroristas por Extranjeros Nacionales que en su sección quinta ordena a los secretarios de estado suspender el Programa de Admisión de Refugiados para 2017 en un periodo de 120 días. En este lapso el secretario de Estado, conjuntamente con el de Seguridad Nacional, revisarán los procedimientos adicionales que pueden tomarse para asegurar que las personas sujetas a admisión en calidad de refugiados no suponen una amenaza para la seguridad. Y sólo se dará este tipo de permiso a 50 mil refugiados durante el año fiscal 2017.
En nuestro país se encuentran estacionados entre nueve y once mil haitianos, lo que el gobernador de Baja California, Francisco Vega, ha calificado como una situación de emergencia no sólo por los miles de caribeños que invadieron Tijuana, sino porque “vienen en camino otros nueve mil migrantes” que radicaban en Brasil. De confirmarse esta orden ejecutiva, toda la ruta migrante en México se verá duramente presionada.
