Desde el viernes, en la Secretaría de Desarrollo Social y desde Toluca, surgió la información: Luis Enrique Miranda dejaría el cargo. El presidente Enrique Peña Nieto, que le tiene un gran afecto y es su gran, gran amigo, lleva semanas de molestia con su compadre por su mala gestión en la secretaría, aunque como operador de la zona de Valle de Bravo y regiones rurales en el sur poniente del estado de México, no lo hizo nada mal. Subió la votación por el PRI hasta en 15% por encima de la media histórica, con lo que el voto verde contribuyó en gran medida a la victoria de Alfredo del Mazo. Cómo lo hizo es otra cosa, pero agradecimiento por su operación electoral hay. Por tanto, dicen los que saben, se va de Sedesol, pero no a la congeladora. Del entorno de don Enrique se apresuraron a aclarar que se integraría al equipo de transición de Del Mazo, pero los muy cercanos al candidato dijeron que no lo quieren. Lástima. No es lo que quieran, sino lo que desee el Presidente. Y lo que apunta como deseo, es que su pista de aterrizaje en 2018 sea el Senado.