Para quienes entiendan, el reporte que ofreció Alejandro Encinas sobre los asesinatos de 38 periodistas en dos años y lo que planea el gobierno nacional refleja 1D0-61B HPE6-A29 solamente con el Mecanismo de Protección federal no podrá atajarse esta otra tragedia nacional.
Y ese informe también indica que entre las y los periodistas, que comprendan este fenómeno, muy pocos toman medidas de autoprotección y, peor aún, confirma, que somos menos los que ubicamos y auxiliamos a los colegas más vulnerables, quienes son las víctimas principales de agravios y crímenes.
Vulnerabilidad extrema
Durante años hemos testificado el perfil promedio de los periodistas más vulnerables y ahora lo reconfirmamos. Lo que apuntó el subsecretario de Gobernación el 25 de noviembre debe zarandear a todas las personas y organismos ocupadas en impedir más violencia y daños al periodismo mexicano.
El subsecretario de Gobernación, por comedimiento, no dijo que casi todos los victimados padecían precariedad laboral, trabajaban para medios pequeños, actuaban en zonas de alta violencia y presencia delincuencial, carecían de organización gremial de autodefensa y tenían poca capacitación profesional para tratar temas sensibles.
Lo que sí dijo Encinas fue que el 66 por ciento de los victimados recogía información sensible de carácter policiaco, de política, denuncias ciudadanas y comunitaria.
Y el otro dato nuevo y aterrador que mostró es que el 72 por ciento de los victimarios son parte de la delincuencia. Dividida en organizada (26%) y la delincuencia común (48%). (Encinas: Agravios-contra-periodistas-25nov20.pdf)
Todo junto confirma un perfil ya conocido: que la mayoría de periodistas asesinados eran demasiado vulnerables ante la delincuencia y cubrían información hiperlocal sin capacitación suficiente.
Ellas y ellos son los que requieren atención inmediata antes de que engrosen la dramática estadística.
Lo urgente
Para enfrentar esto de inmediato, ayudaría mucho la implementación de un ciclo de talleres para estos periodistas con los temas de autoprotección y la creación de redes locales de alerta y reacción rápida ante agravios.
El sujeto principal de este ciclo debiera ser la Unidad de Prevención del Mecanismo federal porque puede pactar el apoyo de universidades y, en los estados, de gobiernos, empresas de medios y agrupamientos de periodistas capacitados.
Hay experiencias exitosas de talleres similares organizados e impartidos por periodistas en Puebla, Hidalgo, Michoacán, Quintana Roo, Tamaulipas, Guerrero y otras entidades.
Un primer paso sería convocar a un encuentro nacional de periodistas para iniciar un cronograma de impulso a un programa nacional de capacitación, la formación de la red de redes, y promover la figura jurídica y comercial de pequeñas empresas no lucrativas de periodismo.
Lo prioritario
En la ruta que el subsecretario informó que quiere seguir el Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas destacan varias metas que el gobierno federal no podrá cumplir eficazmente sin la participación de otras secretarías de Estado, del Poder Judicial, de gobiernos estatales y municipales, de organizaciones internacionales que defienden la libertad de expresión más allá de presionar con declaraciones y recomendaciones, de organizaciones civiles e incluso de los medios convencionales de información masiva. Veamos:
El reto prioritario del Mecanismo, asegura Encinas, es lograr ahora sí, la participación de los gobiernos de los estados. Para esto Se proponen:
“Establecer mecanismos de coordinación entre la federación y los estados”. Ya se inició la primera mesa nacional permanente.
“Crear mesas de trabajo con las 32 Secretarías Generales de Gobierno con facultades para establecer medidas de protección.
“Crear 32 Enlaces con el Mecanismo Federal.”
Desde 2012, cuando se creó el mecanismo federal de protección, la mayoría de gobernadores han firmado dos convenios en los que se comprometieron a generar condiciones para homologar leyes, medidas de protección y preventivas o protocolos de reacción rápida o al menos para investigación de agravios y asesinatos. Pero en los hechos le han dejado la responsabilidad a la federación pese a que en la mayoría de las entidades se comete el mayor número de agravios y asesinatos de periodistas.
En julio de 2020, el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (CASEDE) difundió un primer estudio del comportamiento de los 32 gobiernos estatales y examinó a los que contaban con leyes y mecanismos de protección a la libertad de expresarse de periodistas y defensores de los derechos humanos, fiscalías especializadas y otras medidas
CASEDE confirmó que doce entidades carecen de leyes al respecto, 19 carecen de alguna instancia de protección y 28 no han creado fiscalías para atender delitos contra la libertad de expresión.
Lo permanente
Si lograran solamente la participación de los gobiernos estatales a mediano plazo, ya sería un avance esencial, pero aún insuficiente.
Se necesita el concurso de otros poderes para las otras dos grandes metas inmediatas del Mecanismo. A Saber:
1. “Revisar el marco normativo sobre la protección a periodistas”.
Esta meta, por compleja y especializada, requiere de la participación de grupos académicos y periodistas especializados en los temas de protección para ampliar el concepto a protección cautelar a prevención integral, pero sobre todo convencer al Congreso Federal y los congresos estatales para construir un andamiaje legal con leyes estatales que si se cumplan.
2. “Impulsar que las fiscalías estatales y la FEADLE cumplan con sus obligaciones en materia de justicia para revertir la impunidad.”
La autonomía de estas dependencias para la procuración de justicia requiere de convenios que incluyan la capacitación de ministerios públicos, agentes de investigación y ampliarse hasta los jueces. Es decir a todo el Poder Judicial.
3. “Promoción de una Campaña Nacional Estratégica para el Reconocimiento a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas para ser impulsada al más alto nivel con la participación de diferentes autoridades federales y gobiernos estatales.”
En ello será indispensable conseguir compromisos de los medios de difusión masiva (privados y públicos) con la Presidencia de la República para diseñar y ejecutar campañas permanentes con voceros del gobierno federal de los gobiernos estatales, personalidades y periodistas organizados.
A largo plazo, otro modelo
“El Mecanismo –visualizó Alejandro Encinas-- debe evolucionar hacia un Sistema Nacional de Protección Integral que garantice la consolidación de una Política de Estado para la Protección de Personas Defensoras y Periodistas. Transitar de un modelo reactivo a uno preventivo.”
Esta es una meta de largo plazo y que requiere otros apoyos del más alto nivel.
El primero es que el Presidente de la República muestre voluntad política y tome decisiones para conformar ese Sistema Nacional de Protección Integral con un modelo preventivo de verdad que reconozca el ejercicio del periodismo como actividad de interés público y se encamine a disminuir las vulnerabilidades de las y los periodistas y auspiciar que se convierten en sujetos de acción para su autoprotección.
El tránsito requiere, probablemente de una reforma profunda a la ley federal de protección que transforme la identidad del Mecanismo Federal de ser, como ahora un modelo de reacción cautelar de carácter semipoliciaco a una entidad normativa y diseño de Estrategias de Estado, con políticas públicas preventivas esencialmente.
Un Mecanismo diferente que implemente políticas de Estado vigilaría que cumplan otras entidades de gobierno la protección cautelar y la procuración de justicia. Igualmente coordinaría programas de participación intersecretarial del trabajo, de educación, de salud, universidades públicas y, por supuesto involucraría a empresas de prensa que entiendan que la independencia editorial del periodismo no se riñe con la colaboración para contrarrestar el ciclo de agresiones y el desempeño de las y los periodistas con seguridad y más fortalezas profesionales, laborales y sociales.
Colegas, el Mecanismo solo no podrá atajar este ciclo infausto para los periodistas. ¿Nosotros qué haremos además de cumplir profesionalmente al hacer periodismo?