México figura como el último lugar en aplicación de pruebas de Covid-19, entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
México solo aplica 0.2 pruebas por cada 1000 habitantes, muy por debajo del promedio en países de OCDE que es de 15.2 y sumamente atrás de Islandia, que aplica 105.9 por cada millar de ciudadanos.
“Para reducir el riesgo de nuevos brotes, los países deberán aumentar considerablemente su capacidad de prueba“, señala la OCDE en un informe publicado el 20 de abril.
De acuerdo con el informe de la OCDE, aumentar la cantidad de pruebas funciona para lograr tres objetivos:
1) Suprimir el resurgimiento de brotes locales.
2) Identificar a las personas que han desarrollado algún tipo de inmunidad y pueden regresar al trabajo de manera segura.
3) Obtener inteligencia sobre la evolución de la epidemia, incluso cuando se ha alcanzado un umbral para la inmunidad del rebaño.
El martes México declaró la fase 3 de la pandemia por Covid-19 con 9 mil 501 casos positivos y 857 fallecimientos. NR