El dinero obtenido de la venta del avión presidencial será destinado a cumplir con los acuerdos del plan migratorio ofrecido a Estados Unidos a cambio de que no impusiera aranceles a productos mexicanos, así lo dio a conocer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En conferencia de prensa matutina, el mandatario informó que ayer recibió el avalúo de Naciones Unidas, con un mínimo de 150 millones de dólares, lo que significaría una pérdida de cerca de 70 millones de dólares.
Sin embargo, el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, aseguró que la cifra es de 130 millones de dólares, es decir, 20 millones más de pérdida.
La compra fue aprobada por el expresidente Felipe Calderón en noviembre de 2012, antes de dejar el cargo, pero fue hasta febrero de 2016 cuando fue estrenado por el entonces mandatario, Enrique Peña Nieto.
Desde el inicio, López Obrador se opuso a su compra. El Boeing 787-8 tuvo un costo de 218 millones de dólares y reemplazó al Boeing 757 “Benito Juárez” que desde 1988 trasladaba a los presidentes de México en sus giras.
Tras su último vuelo, a Buenos Aires, Argentina, donde el expresidente Peña Nieto asistió a la Cumbre del G20; y tras la llegada del tabasqueño a la Presidencia de la República, el avión fue enviado a California, donde permanecerá hasta ser vendido junto a otras aeronaves.
En sus dos años y nueve meses de funcionamiento, el “José María Morelos y Pavón” realizó 214 operaciones nacionales e internacionales. Cuenta con una recámara, baño, cocina y sala de juntas.
Lo recaudado, que iniciarán ofertas en 130 millones de dólares, será utilizado en la modernización de los cruces fronterizos del sur del país, que son casi inexistentes. En el registro de migrantes que pasan por nuestro país, para brindarles un camino seguro.
Además, el crecimiento del programa Sembrando Vida en la región, para brindar oportunidades de trabajo también a los centroamericanos que esperan respuesta a su solicitud de asilo en Estados Unidos.