Ante la llamada hepatitis aguda de etiología desconocida que recientemente ha afectado a niños —sobre todo en Gran Bretaña—, México ha tardado en reaccionar y aún no está haciendo todo lo que debería, coinciden expertos, en especial en la búsqueda activa de casos.
“El punto débil, y lo dije también con respecto al SARS-CoV-2, es que no estamos haciendo la vigilancia activa de manera eficiente”, comenta a ejecentral Guadalupe Soto, médica epidemióloga y académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De hecho, Soto reconoce que apenas hace dos semanas, antes de que se dieran a conocer los cuatro casos en Monterrey, ella misma comentaba: “No tenemos casos en México, pero tampoco los hemos buscado”.
La epidemióloga comenta que la búsqueda activa de casos implica no solamente estar a la espera de los que lleguen al hospital, que es algo que en México se está haciendo desde el 8 de abril, cuando se empezaron a emitir comunicados.
Actualmente ya existe un formato de estudio de caso de la hepatitis aguda de etiología desconocida, que implica buscar entre familiares y conocidos de los niños con quienes estuvieron en contacto que se han infectado cómo pudo haber ocurrido la transmisión.
En esta evaluación coincide Andreu Comas, virólogo, epidemiólogo y académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quien señala que el formato es pobre comparado con el que se está usando en Reino Unido y la Unión Europea.
Además menciona que hace falta que se haga un registro público de los casos, pues en este momento no se ha dado a conocer a ciencia cierta cuántos casos ya se han identificado o son sospechosos en México.
Ambos epidemiólogos dicen que lo más probable es que se trate de una enfermedad de tipo infeccioso, causado por un virus igual que las hepatitis A, B, C, D y E y que probablemente se transmite por la vía respiratoria o por la ruta fecal-oral, es decir, por consumir alimentos o bebidas contaminados o estar en contacto con cosas contaminadas o saliva.
También mencionan que les llama la atención que no se han reportado casos en adultos y Comas comenta que es difícil que esta hepatitis afecte sólo a los niños, ninguna de las otras hepatitis infecciosas lo hace, por lo que es probable que haya un alto porcentaje de adultos asintomáticos.
Soto comenta que es muy importante saber que esta hepatitis en general se ha presentado sin fiebre, un síntoma que es usual en las otras hepatitis. Entonces hay que reaccionar si se percibe una coloración amarillenta de la piel y de los ojos o las heces.
Para Comas es preocupante que a nivel de salud pública se esté minimizando la enfermedad como se hizo con la Covid-19; aunque, señala, esto no es algo que sólo esté haciendo México.
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