La falta de inversión e infraestructura para producir energías limpias —es decir, sin emisiones de gases de efecto invernadero—, frenó el compromiso que México adquirió durante la Cumbre de París en 2015 para combatir el cambio climático en los próximos 30 años.
Expertos en materia energética señalaron que no sólo se ha frenado el avance de este compromiso, sino que se han emprendido acciones en sentido contrario a la meta para reducir la emisión de gases contaminantes, especialmente al centrar la estrategia nacional en torno a los combustibles fósiles, mientras el resto del continente avanza a otras opciones.
Por ejemplo, Canadá ha puesto como límite el 2035 para que todos los automóviles del país funcionen con energías de cero emisiones, mientras que Estados Unidos aumentó el porcentaje de reducción de gases nocivos a un 80% para los próximos nueve años; y esto no sólo sucede en este continente, Alemania se ha propuesto eliminar por completo estos contaminantes en el mismo periodo.
México fue una de las tres naciones que se comprometieron a trazar metas de largo aliento para lograr la reducción de estos contaminantes; sin embargo, no existe un plan detallado o integral que muestra la ruta para alcanzar el primer objetivo que pretende una disminución del 25% de gases invernadero para finales de esta década.
Además, el país se comprometió “de manera no condicionada” a que el 35% de las energías en territorio nacional serían limpias para 2024, y que este porcentaje aumentaría hasta 43% en los próximos nueve años, pero datos del Banco Mundial muestran que a pesar de una leve disminución en las emisiones de dióxido de carbono, México está entre los 15 países que más contaminan con este gas.
La lista de compuestos que se deben reducir para lograr las metas del Acuerdo de París no solo incluyen al dióxido de carbono; también se encuentran el metano, óxido nitroso, carbón negro y partículas como el hollín u otros contaminantes climáticos de vida corta, que deberían tener una reducción de al menos 51% en los próximos nueve años.
Aunque México es parte, junto a otros 136 países o ciudades, de la Powering Past Coal Alliance que busca acelerar el paso de combustibles fósiles a energías limpias, no existe un plan público que muestre cómo se podría lograr este proceso en territorio nacional, y por el contrario, la compra de carbono se ha incrementado durante la presente administración.
Un informe de Iniciativa Climática de México muestra que el financiamiento es esencial para garantizar los objetivos de la próxima Conferencia de las Partes en noviembre, en donde se fijan y discuten los acuerdos internacionales más importantes para combatir esta problemática.