Con altos volúmenes de emisiones de carbono, una ley que mantiene las energías sucias, 83.92% del territorio en sequía, casi un centenar de incendios forestales y el asesinato de ambientalistas, es como México llega a la Cumbre Climática que organiza el gobierno de Joe Biden en Estados Unidos.
Este jueves arranca la cumbre donde más de 40 países —incluyendo las 17 economías responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero— se reunirán para discutir estrategias que beneficien al medio ambiente con miras al 2050.
En la agenda fijada, México no tiene buenos resultados. El primer punto es evitar que el calentamiento global rebase los 1.5 grados; pero en nuestro país el aumento fue 1.4 grados mayor que el promedio de 1981 al 2010, y 2020 se colocó como el más cálido desde 1953.
En cuanto a las cero emisiones netas de carbono como objetivo, México es el 13o país que más emisiones de CO2 emite en el planeta y el número uno en América Latina, con 463 millones de toneladas en 2019.
Problema persistente. México se colocó como el 13o país con más emisiones de CO2 en el mundo y el primero en América Latina.
El impulso de energías limpias es el tercer punto, y en ese sentido las legislaciones impulsadas por el presidente —Ley de la Industria Eléctrica y Ley de Hidrocarburos—, benefician la generación de energías sucias. Es por ello que Pemex y CFE han sido severamente criticadas por organismos como Greenpeace.
México llega a la Cumbre con el 83.92% de su territorio con algún grado de sequía y con 92 incendios forestales que afectan más de 20 mil hectáreas.
La Universidad de las Américas de Puebla elaboró el IGI-Ambiental y encontró que en México impera la impunidad ambiental en niveles medios o muy altos.
Uno de los puntos centrales del informe: la impunidad en agresiones y homicidios contra ambientalistas. En 2020 en México fueron asesinados 18 defensores del medio ambiente y se registraron 65 actos de violencia contra ellos.
López Obrador propondrá exportar el programa “Sembrando Vida” a Centroamérica para frenar la migración. Por lo pronto, a Biden ese plan no le interesa.
