El ya golpeado sistema de salud nacional se encuentra amenazado ante el posible aumento exponencial de casos de Covid-19 que podría detonarse con la llegada de la variante B117, una cepa que es más transmisible, presenta mayor carga viral y que ha contribuido al crecimiento acelerado de contagios en diversos países europeos.
Los temores por la llegada de esta variante más contagiosa a México se hicieron realidad ayer por la tarde con la confirmación del primer paciente con la mutación B117 en territorio nacional; la alerta continuó horas después con la detección, en Nuevo León, de un posible segundo portador quien no tendría relación alguna con el caso cero.
Expertos señalan que incluso los países con un buen seguimiento de la pandemia tendrán problemas para enfrentar el crecimiento de casos provocado por esta nueva variante, que ya es predominante en Inglaterra y que comienza a extenderse por el mundo; mientras que aquellos donde los contagios no han tenido control están frente a un panorama desolador.
De las miles de mutaciones que ha tenido el coronavirus, pocas despiertan tanta inquietud en los expertos como lo hace la variante B117, que fue detectada a mediados de diciembre en Reino Unido, y ya se expande con rapidez por el mundo. La preocupación de las autoridades sanitarias radica justo en su alta transmisibilidad, que si bien no es más peligrosa, podría saturar los sistemas hospitalarios en pocos meses.
La variante B117 es responsable del crecimiento acelerado de casos en Inglaterra, específicamente en Londres, donde uno de cada 30 habitantes ha sido contagiado por esta nueva cepa, que en un mes pasó de representar el 30% de los positivos a más del 60% para el 9 de diciembre.
Muge Cevik, viróloga de la Universidad de St. Andrews, explicó a través de Twitter que esta nueva variante tiene 17 mutaciones respecto a su ancestro más cercano, y que la mayoría de ellas se presenta en los genes que codifican el pico S, la proteína que da nombre a esta familia de virus, y que crea las protuberancias que sirven para engancharse a las células humanas, por lo que el resultado es una modificación que hace más sencilla su transmisión.
Esta mutación permite que el virus no sólo se transmita más fácil, sino que tenga una mayor carga viral, lo que facilita el contagio y, por tanto, la expansión del mismo, lo que podría complicar la carga hospitalaria en cualquier país que experimente un crecimiento exponencial de casos en relación a los que ya maneja con la cepa tradicional, situación que se potencia en el hemisferio norte por el invierno.
El biólogo de la Universidad de Washington, Carl Bergstrom, predice que la nueva cepa tendrá consecuencias fatales en países, que como México, no han logrado dominar los contagios de las variaciones más tempranas, sostienen casos sin disminuciones, o en donde la situación hospitalaria ya es crítica sin la introducción de la mutación B117.
Una proyección hecha por Thomas Mridul y Miner Brooks, científicos de datos de la Universidad de Génova y del Colegio Ithaca de Nueva York, respectivamente, demuestra que si la variante B117 se vuelve predominante en México, el radio de contagio del nuevo coronavirus tendría un aumento del 50% en las próximas semanas, lo que significa que por cada persona infectada otras dos contraerán la enfermedad.
Aunque diversos estudios filogenéticos han demostrado que esta variación no es más agresiva, un aumento del 50% de los casos pondría demasiada presión en los centros médicos nacionales, que en muchos estados ya lidian con una demanda superior a los límites de seguridad impuestos por las autoridades federales.
Fuentes internacionales señalan que ante esta posibilidad, las vacunas aún no representan una solución, por lo que se debe volver a medidas de mitigación como son los cierres temporales, uso de cubrebocas y lavado de manos permanente.