A pesar de ser uno de los países con mayor riqueza de manglares y de que muchos de ellos están protegidos bajo la Convención de Ramsar, México es también uno de los lugares donde más se perdieron estos valiosos ecosistemas entre 1996 y 2016 sin obtener ganancias a cambio, de acuerdo con un estudio publicado ayer en la revista Nature.
Los bosques de manglares almacenan grandes cantidades de carbono, protegen a las comunidades de las tormentas y sustentan la pesca, razón por la cual forman parte fundamental de la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, conocida como Convención de Ramsar, por la ciudad iraní donde se firmó en febrero de 1971, la cual parece no estar funcionando.
Foto: Cuartoscuro
Una investigación publicada a finales de la semana pasada encontró que, a nivel mundial, la relación entre el crecimiento económico y la conservación de los manglares ha pasado de tener un impacto negativo sobre los ecosistemas de 1996 a 2006 a “permitir la expansión de los manglares” de 2007 a 2016.
“Encontramos que la silvicultura comunitaria está promoviendo la expansión de los manglares, mientras que la conversión a la agricultura y la acuicultura, que a menudo ocurre en áreas protegidas, genera grandes pérdidas”, indican los autores de la investigación. Sin embargo, aunque esa sea la tendencia mundial, no está sucediendo en todos los países.
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La investigación también encontró algunas “áreas calientes” donde se produjeron pérdidas o ganancias excepcionales durante la segunda década estudiada, y una de esas áreas es México donde, junto con Brasil, Australia, Mozambique, Gabón, Pakistán, China e Irán, hubo pérdidas amplias a pesar de tener una cantidad de sitios Ramsar proporcional al área de manglares que hay a escala nacional.
Además, México está entre los países donde esas pérdidas excepcionales (que no se dan a nivel de todo el país sino sólo en ciertos sitios y que de hecho son más grandes que el promedio nacional) no sólo fueron grandes, sino que fueron “netas” en lugar de “brutas”; es decir, no generaron beneficios económicos en el momento. El nuestro fue el único país en esta situación.
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