El bienestar de las turberas (en forma de manglares, pantanos y ciénegas), es fundamental para lograr los objetivos climáticos globales, pues en conjunto contienen más del doble de carbono que todos los bosques de la Tierra. Sin embargo, México es, después de Brasil, el país latinoamericano que más emisiones de carbono tiene por la degradación de estos ecosistemas.
Según el informe Global Peatlands Assessment: The State of the World’s Peatlands, publicado en el marco de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP27), Brasil, México, Surinam y Argentina son responsables de la mitad de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, equivalentes a poco más de 90 millones de toneladas de dióxido de carbono, por esta causa.
Brasil tiene, por mucho, la principal aportación con 18.1 millones de toneladas de gases entre los que se encuentran dióxido de carbono, metano y dióxido de nitrógeno, le sigue México con 8.7; Surinam aporta 7.9 millones de toneladas y Argentina, 7.8.
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Latinoamérica y el Caribe aportan el 13 % de emisiones globales por esta causa, lo cual es relativamente poco, pues Asia, cuyas turberas se encuentran sobre todo en el norte de Rusia, aporta el 33 %.
Las turberas son ecosistemas terrestres que tiene un tipo único de suelo formado por material vegetal que solo se ha descompuesto parcialmente debido a las condiciones del suelo saturado de agua, normalmente se presentan en forma de pantanos, ciénagas y manglares.
En México se han identificado turberas principalmente en Veracruz, Tabasco, Campeche y Chiapas, reporta el informe, y en general son degradados al ser drenados para la agricultura y la silvicultura, erosionados por el pastoreo excesivo del ganado, extraídos para combustible y contaminados por la actividad humana.
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